Photo: Cédric Grolet |
Su misión: "Desnudar la pastelería", según él mismo asegura, "La idea es suprimir la galleta, los huevos, el gusto que no sirve de nada y centrarse en el de la fruta". "Lo visual atrae al cliente la primera vez, el gusto es lo que hace que vuelva", asegura Grolet. Hijo de un camionero y de una peluquera, se inició en la restauración a los 13 años. "Un día, un agricultor me dió una caja de fresas: lo convertí en un fraisier", un pastel de masa genovesa, crema y fresas, explica el chef. Tras su paso por la escuela de pastelería y ganar varios concursos, llegó con 20 años a París, donde trabajó primero en Fauchon, emblema de la gastronomía de lujo. Su ambición es implantarse en todo el mundo "con una decena de establecimientos". En Le Meurice la carta es muy limitada y los precios, consecuentes: desde 5 euros la cookie hasta 170 euros el cake de Rubik.
Anne-Laure Mondesert. La voz de Galicia, 25 de noviembre de 2018
No hay comentarios:
Publicar un comentario