El Arco de Triunfo volvió a abrir ayer tras casi dos semanas de cierre provocado por los
desperfectos que tuvieron lugar durante la manifestación de los chalecos amarillos del pasado 1 de diciembre en París. Los daños han sido estimados en "varios centenares de miles de euros o incluso un millón" por el presidente de Centro de Monumentos Nacionales, Philippe Bélaval, a cargo de la gestión del Arco de Triunfo. Los primeros turistas que volvieron a trepar ayer por las escaleras de este símbolo de París, visitado por 1,5 millones de personas al año, apenas percibieron las marcas del deterioro.
Los numerosos grafitis sobre las paredes exteriores habían sido borrados, igual que las marcas de pinturas que los manifestantes trazaron sobre el busto del rey Luis Felipe. Los muebles y los cristales que fueron destruidos también han sido sustituidos. Solo algunas obras fueron retiradas de los espacios expositivos para una restauración más lenta y profunda. El busto de Bonaparte que los manifestantes vandalizaron fue retirado y será sustituido por una obra del escultor neoclásico Antoine-Denis Chaudet, prestado por la Fundación Napoleón. El caso más grave parece el moldeado de yeso realizado a partir de La partida de los voluntarios, también conocido como La Marsellesa, reproducción de uno de los altorrelieves de las jambas del monumento que firmó François Rude entre 1833 y 1836. Se trata de un detalle de uno de sus grupos escultóricos, un rostro femenino con gorro frigio. Muchos la han confundido con una Marianne, aunque en realidad fue un encargo realizado durante la restauración monárquica, que quiso reapropiarse de ese símbolo de la Revolución Francesa (como después haría el régimen de Vichy). La escultura ahora con un gran agujero en el ojo derecho, ha quedado expuesta detrás de una protección transparente, que permitirá que los visitantes observen in situ cómo avanza su restauración...
El saqueo del Arco de Triunfo fue una de las imágenes más impactantes de la protesta de comienzos de mes. El presidente Emmanuel Macron acudió al monumento al día siguiente, de regreso del G20 en Buenos Aires. "Ninguna causa justifica que el Arco de Triunfo sea mancillado de esta manera", dijo el jefe de Estado. Mientras, el primer ministro Édouard Philippe expresaba su "conmoción por la puesta en entredicho de los símbolos de Francia", en referencia a los daños contra este monumento erigido a la gloria del ejército napoleónico (1806-1836)...
Álex Vicente. El País, jueves 13 de diciembre de 2018
No hay comentarios:
Publicar un comentario