viernes, 14 de diciembre de 2018

Verdi y los "chalecos amarillos"

Ludovic Tézier es el protagonista de la ópera ‘Simon Boccanegra’.
| AGATHE POUPENEY
"Irrumpe la multitud", marca la didascalia. Un coro enfervorecido rodea a un mandatario durante una reunión con sus consejeros. Y clama: "¡Venganza! ¡Que corra la sangre del asesino". Sucedió anteayer en París. Pero esa multitud no vestía chalecos amarillos sino ropa de calle. Y el mandatario no era Emmanuel Macron, sino la versión actualizada de un dux genovés en apuros políticos. A veces, la ópera y la realidad van de la mano. Ese fue el momento más impresionante de la función Simon Boccanegra, de Verdi, el viernes en la Ópera de la Bastilla. Un final de acto con la misma tensión dramática que se respiraba por las calles de la capital francesa, atemorizada ante los violentos altercados anunciados por los llamados chalecos amarillos. 
Quizá no haya una ópera de Verdi más apropiada que Simon Boccanegra para reflexionar sobre la actual desafección política. La obra renació en 1881, tras una completa revisión del libreto y con un tercio de música nueva, donde conviven planteamientos musicales tempranos y tardíos en una compleja trama. Verdi favoreció el colorido instrumental y la concisión vocal, pero añadió un poso de desencanto político, tras la unificación italiana. Lo escuchamos al final del primer acto, donde el protagonista invoca la paz citando a Petrarca.
Calixto Bieito convierte Simon Boccanegra en un intenso y convincente psicodrama. La escenografía dispone la imponente estructura de un barco, que representa la cabeza del protagonista. Y asistimos a su degradación por el ejercicio del poder con innumerables movimientos giratorios sazonados por vídeos que proyectan su subconsciente...
La dirección musical de Fabio Luisi conjugó con refinamiento las sutilezas orquestales  y dramatúrgicas de esta compleja partitura de Verdi...Sensacional fue el rendimiento de la orquesta de la Ópera Nacional de París, pero también del coro que sonó íntimo a la par que dramático...
Pablo L. Rodríguez.El País, domingo 9 de diciembre de 2018

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