En La clase de piano, Lambert Wilson (Neuilly-sur-Seine, Francia, 1958) da vida a Pierre, el director del Conservatorio Nacional Superior de Música de París. Un día descubre a Mathieu (el debutante Jules Benchetrit), un joven con una capacidad innata para tocar el piano. A partir de entonces y con la ayuda de "La Condesa" (Kristin Scott Thomas), este alumno rebelde intentará mejorar su técnica en tiempo récord para poder así participar en un certamen nacional.
R.- "Soy amante de la música clásica y tenía ciertos reparos sobre cómo se vería reflejado ese mundo. Me opuse al principio pero la gracia y la pasión de Ludovic Bernard, el director, funcionaron y me dejé convencer. Y cuando Kristin Scott Thomas aceptó su papel, me entusiasmó la idea de volver a trabajar con ella".
P.- ¿Le parece acertado el guión?
R.- "Sí, porque hace accesible la cultura y demuestra que los sueños se pueden cumplir. Cuenta la aventura de Mathieu, un joven de un barrio pobre condenado por su estatus social. Pero, gracias a su talento, se adentra en un mundo de privilegiados, en el que se siente excluido pero que le lleva a encontrar bellísimas personas. Me emociona el mensaje positivo de esta historia".
P.- Pierre es un hombre roto que parece tenerse en pie gracias a la música...
R.- "Aunque no se profundiza en su historia, se acierta a ver que es un hombre destrozado que proyecta una relación casi paternal con Mathieu. He intentado que su dolor personal sea palpable sin que resulte demasiado evidente. Pierre se queda fascinado con Mathieu y de ese encuentro nace una emoción muy fuerte y el deseo de protegerle, hasta el punto de arriesgarlo todo...
Philippe Sedat. El Mundo, viernes 8 de febrero de 2019
No hay comentarios:
Publicar un comentario