A partir de esta base, el presidente francés, Emmanuel Macron, y su ministro estrella, el titular de Educación, Jean-Michel Blanquer, ha multiplicado las medidas para reforzar la enseñanza primaria y preescolar. La última es la ley que rebaja de los seis a los tres años el inicio de la educación obligatoria. Esta termina en Francia a los 16 años. Se usa oficialmente el término instrucción, porque los alumnos pueden ser educados fuera de las instituciones escolares, en casa por ejemplo.
El miércoles 13 de febrero por la noche, una Asamblea Nacional semivacía aprobó la Ley para la Escuela de la Confianza con 95 votos a favor y 11 en contra. Votaron a favor diputados centristas de la mayoría presidencial y varios partidos de izquierda, y en contra el partido de la derecha tradicional, Los Republicanos. La ley, rutinariamente adoptada como casi todas las que propone Macron desde que en 2017 llegó al poder, entrará en vigor el próximo comienzo de curso, en septiembre de 2019.
"Hay que dejar a las familias la posibilidad de decidir", criticó en el hemiciclo el diputado de Los Republicanos Patrick Hetzel . "Usted", añadió dirigiéndose a Blanquer, "nos indica que seríamos el primer país del mundo en poner en marcha la escolarización obligatoria a los tres años y que otros países seguirían nuestro ejemplo. Peo el cuadro comparativo sobre la escolaridad obligatoria muestra que Estonia o Finlandia, tercera y quinta en la clasificación PISA, fijaron la edad entre los siete y seis años, respectivamente, lo que muestra que una escolaridad precoz no es necesariamente la garantía de un éxito escolar". El único país de la UE con educación obligatoria a los tres años es Hungría...
Marc Bassets. París. El País, viernes 15 de febrero de 2019
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