viernes, 15 de febrero de 2019

El 350 aniversario de la Ópera de París

Escena de Les Troyens
Los franceses sienten pasión por sus instituciones, así que el doble aniversario de la Ópera de París, 350 años y 30 de la Bastille, se ha convertido en la ocasión de lanzar una temporada lírica de altísimo rango. También se ha recordado el 150º aniversario de Berlioz con Les Troyens, que inauguró el nuevo edificio. Es una ópera de cinco horas; de hecho, el propio Berlioz no la vió nunca íntegramente representada. El propio compositor era tan consciente de la dificultad que afirmó en sus memorias:"Para que pueda organizar convenientemente la ejecución de una gran obra como esta, tengo que ser dueño absoluto del teatro". Lo mismo pensó Wagner, pero el alemán lo consiguió.
El argumento es una selección de cantos de la Eneida, con momentos tan conocidos como el caballo de Troya y la destrucción de la ciudad, el episodio amoroso de Dido y Eneas -ya plasmado en ópera por Cavalli y Purcell- y los inicios de la profecía que llevaría a Eneas a la fundación de Roma. El director de escena Dimitri Tcherniakov ha recogido el testigo de Pier Luigi Pizzi y Herbert Wernike y sale ganador con una visión sorprendente. Tcherniakov muestra todos los rasgos que me irritan y, sin embargo, aquí funcionan de modo admirable. 
En la primera parte, la caída de Troya, destaca el personaje de Casandra en un entorno de guerra sucia moderna, que podría ser desde Beirut hasta los Balcanes...La segunda parte de la ópera, el episodio de Dido y Eneas lo sitúa Tcherniakov en un centro de rehabilitación de soldados y Dido y Eneas son dos pacientes más que imaginan su improbable historia de amor...
También Rusalka es un excelente logro...Les Troyens está muy bien dirigido por Philippe Jordan y Rusalka por su parte, brilla en manos de una de las mejores directoras orquestales, la finlandesa Susana Mälkki...
Jorge Fernández Díaz. París. El País, jueves 31 de enero de 2019

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