sábado, 16 de marzo de 2019

Encuentro con el arte belga

Paisaje de invierno de P. Brueghel
Para los aficionados a viajar, descubrir a Pieter Brueghel el Viejo es conocer a otro gran viajero al que siempre le interesó saber más de lo que encontraba a su alrededor. Fue el primer pintor que usó sus pinceles para pintar paisajes sin que estos fueran el telón de fondo de ningún tema. La naturaleza era protagonista por sí misma, y a ella dedicó gran parte de sus obras. Por eso, además de ser uno de los padres de la pintura flamenca, pasó a la Historia como un enamorado de los entornos que le rodeaban, donde siempre encontraba inspiración. Recorrer parte de la geografía en que creció y maduró como artista es una apuesta segura por un buen viaje, plagado de sorpresas en forma de panorámicas perfectas. ¡Es otro viaje!
Nuestra ruta parte de Amberes, la ciudad de los contrastes, donde el pintor se hubiera deleitado plasmando la mezcla de su arquitectura medieval en lugares com la Plaza Mayor junto a la imagen vanguardista del Palacio de Justicia o los edificios de estilo Art Nouveau que salpican esta ciudad, hogar de algunos colegas posteriores, como Rubens o Van Dyck.
Aquí comenzó la carrera de Brueghel, ya que fue admitido como maestro en el gremio de pintores de la ciudad. Y en ella hay dos exposiciones interesantes de uno de los mejores referentes de la pintura flamenca: la del Museo Mayer Van den Bergh, que abrirá sus puertas en octubre bajo el título From Fouquet to Brueghel, y la de la casa Snijders-Rockox, que muestra la obra del hijo de Pieter Brueghel, Jan Brueghel I, también desde octubre. En Amberes siempre hay algo nuevo, aunque la visita a los lugares de siempre -como la visita a la estación central con su espectacular arquitectura- es obligada. 
Desde aquí cogeremos la E313 camino de Bokrijk, en la provincia de Limburgo, donde encontraremos una de las sorpresas más espectaculares del viaje: un museo al aire libre, con sus 120 edificios históricos  y objetos en un paisaje como de cuento, que este año muestra El Mundo de Brueghel para que los visitantes escuchen, sientan y saboreen la vida y los paisajes de su época...
Continuamos después unos 60 kilómetros hasta Bruselas, la capital belga que este año dedica algunos espacios al pintor, con muestras en la Real Biblioteca de Bélgica, la Puerta de Halle y los Museos Reales de Bellas Artes. Y ya que estamos en la gran capital europea, no podemos dejar de acudir al barrio de Les Marolles, donde vivió el artista; la iglesia Notre Dame de la Chapelle, en la que se casó y está enterrado; La grand Place, los palacios  que escoltan la ciudad, sus parques ...
Aún nos queda por conocer la campiña que rodea Bruselas con lugares como el castillo de Gaasbeek, del siglo XIII donde también hay espacio para Brueghel, que a partir de abril contará aquí con la exposición Feast of Fools, Brueghel Rediscovered...
Muy cerca encontraremos Pajotteland, los paisajes que inpiraron a Brueghel, con instalaciones de artistas y arquitectos contemporáneos al aire libre. Es la guinda del pastel. 
Pedro Madera. El Mundo, 12 de marzo de 2019

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