lunes, 7 de octubre de 2019

Cuando un funeral explica un país

"Nos contamos historias para poder vivir", escribió en los años sesenta la norteamericana Joan Didion. La vida es una "fantasmagoría en movimiento", decidía Didion, y encontrar un hilo narrativo que otorgue sentido a ese desorden podría ser una vía de salvación . Lo mismo podría aplicarse a las naciones. También ellas necesitan contarse historias para vivir, y para sobrevivir.
En Francia lo llaman la"novela nacional": el relato más o menos heroico o con más o menos claroscuros, dependiendo de quien lo cuente, con el que los franceses se cuentan a sí mismos quienes son, y se lo cuentan al mundo. Cuando un país tiene al frente del Estado a una persona con vocación narrativa -el presidente Emmanuel Macron siempre quiso ser escritor  y quiere dedicarse a ello cuando abandone el palacio del Elíseo-, ya no es solo una nación  la que se relata a sí misma, sino el mandatario quien, al gobernar , escribe de su mano la crónica de su gobierno. Y uno de los instrumentos que Macron ha encontrado para escribir -"la novela nacional" son los funerales de grandes figuras.
Podría coescribirse una historia de la Francia de Macron  a través de tres muertes: la del cantante Johnny Hallyday, el 6 de diciembre de 2017, la del teniente coronel de la gendarmería Arnaud Beltrame , el 24 de marzo de 2018, y la del presidente Jacques Chirac, el pasado 26 de septiembre. 
Cada uno representa una faceta diferente  de lo que hoy es ser francés . Hallyday, la cultura popular en un país donde la fractura entre las clases sociales la marca con frecuencia el nivel educativo y cultural. Beltrame, el heroísmo militar, con la tradición del pueblo en armas  y en un contexto de lucha contra el terrorismo. Y Chirac, la institucionalidad encarnada  en un hombre que a pesar de sus defectos , o gracias a ellos, se hizo querer. 
En cada caso la leyenda se mezcla con la realidad. Los tres son reflejos incompletos  y engañosos. Hallyday era el ídolo francés que cantaba un sucedáneo de canción americana. Beltrame , un gendarme en un país que vive de espaldas a las fuerzas policiales y militares. Y Chirac, que conocía como pocos Francia y a los franceses, fue el presidente de la parálisis; el que, una vez en el poder, ya no supo que hacer con él...
Marc Bassets. El País, domingo 6 de octubre de 2019  

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