El primer paso de peatones en 3D en Paris. © Groupe Hélios/Twitter |
Julien Brouillard, responsable de desarrollo en Dédalo, explicó en Le Parisien que cada parklet está dedicado a un uso particular. "Por ejemplo, en el segundo distrito, formado por muchas oficinas, está concebido para que los trabajadores puedan sentarse a comer; en el cuarto está más vegetalizado, para homenajear a la naturaleza; el del 15 está destinado a la reparación de bicicletas, mientras que el del 18 propone conciertos o reuniones de vecinos". Me interno en esta estupenda zona del distrito 2, paso por la inevitable entrada de la Galerie Vivianne y me dirijo al número 4 de la Place de la Bourse. Detecto el parklet . Piso una elevada plataforma de madera de 3 por 2, me siento en una de las sillas-taburete (con barra delante) y saco la libreta como si lo hiciera en uno de aquellos pupitres de Jean Prouvé que poblaron las escuelas públicas francesas de los años cincuenta. Al final de la calle se encuentra el edificio de la Bolsa. Son las 12,30. Al lado, tres jóvenes oficinistas comen ensaladas ajenos al asombro de los conductores que, desquiciados, les observan retadores. Todos los motoristas niegan incrédulos y más allá del casco puede leerse su rabia. Cuando consiguen aparcar, vuelven por aquí y miran con desprecio a los usuarios del parklet y parecen preguntarse qué tendrá en la cabeza que está estirado en la chaise longue en mitad de una calle...
Use Lahoz. El País Semanal, 28 de septiembre de 2019
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