lunes, 28 de octubre de 2019

Tan cerca, tan lejos

Fotograma de Tan cerca, tan lejos
En Tan cerca, tan lejos, los protagonistas de la historia son Rémy y Mélanie, dos treintañeros solitarios, sin pareja y absorbidos por sus trabajos. Tanto, como para ir al psicoterapeuta. Viven uno al lado del otro y suelen asomarse a sus balcones al finalizar sus largas jornadas laborales. Sin embargo, rompiendo con la tónica habitual en este tipo de películas, no llegarán a conocerse hasta el final. Y no es el único aspecto que convierte esta cinta en algo alejado de la norma. Según explica Cédric Klapisch (Neully-sur-Seine, Hauts-de-Seine, Francia, 1961), su director, "vivimos encerrados en una modernidad que nos lleva a estar refugiados en nuestras casas, en nuestros ordenadores y sin tener en cuenta a quienes pasan a nuestro lado. Eso nos hace vivir en una sociedad dominada por la frialdad. Hay millones de historias de amor, pero quería contar esta realidad y hacerlo de una manera diferente. No sabes lo que me cuesta resumir una historia de amor que, en realidad, comienza al final de la película".
El director de filmes como Como en las mejores familias, Una casa de locos o Nuestra vida en la Borgoña concede aquí todo el protagonismo a François Civil (Clara y Claire) y Ana Girardort (Escobar: Paraiso perdido, serie Les Revenants ). Uno y otra rodaron independientemente sus escenas. A excepción, claro está, de aquellas en las que sus personajes coinciden en la calle. "El espectador puede ver mejor cómo viven y sienten sus intimidades de maneras separadas . Y pueden entender que, al final, uno esté hecho para el otro", indica Klapisch. "Lo más curioso fue descubrir la reacción de los actores al ver las escenas del otro cuando la película estaba terminada".
Para conocer mejor la realidad que rodea a los solteros hoy en día, el realizador no tuvo reparos en convocar una reunión con mujeres que se citan con hombres por internet."Fue muy curioso saber cómo usan aplicaciones como Tinder para conocer a sus parejas. No podía imaginarme que es algo tan cotidiano y que lo utilice todo el mundo...
París, que aparece como telón de fondo en esta curiosa historia de amor , es un elemento que el director ha cuidado con esmero..."Como habitante de esta preciosa ciudad quería hablar de un país alejado de la postal turística. Es lo que conozco mejor".
Javier Estrada. El Mundo, viernes 25 de octubre de 2019

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