sábado, 26 de octubre de 2019

Midi d'Ossau, corazón de lava

La gran mole del Midi d'Ossau.
"Pomble es una isla. Flota en un opaco mar de nubes que las horas más calurosas del día tardaran en disipar ... De vuelta en el refugio aunque las últimas luces hayan abandonado la cara sureste, dedico unos momentos a contemplar la pared con los prismáticos,,, Sigue pareciendo un escudo de mármol ", Christian Ravier, experimentado escalador y guía de montaña  francés - hijo y sobrino de una de las cordadas míticas de los Pirineos (los hermanos Jean y Pierre Ravier)-, describe así la gran mole del Midi d'Ossau. Su magnetismo es innegable. Un formidable gigante pétreo que roza los 3.000 metros de altura en el valle francés de Ossau, en la región del Béarn, justo al otro lado de la frontera del Portalet, dentro del parque nacional  de los Pirineos. Ravier lleva contemplando esta montaña desde hace 40 años. Mi primera vez en el Midi fue con 15 años; subí a escalar con mi primo. Escogimos una vía muy repetida, la sureste clásica, pero nos confundíamos de camino muchas veces en medio de la pared. Cada vez que nos perdíamos, el guarda del refugio de la Pomble, que seguía nuestra escalada desde abajo, golpeaba una cacerola. Así retornábamos al itinerario correcto", cuenta.
Desde la primera ascensión a su cima (2.884 metros), en 1787, el Midi d'Ossau ha cautivado a montañeros y escaladores de ambos Pirineos. Y no solamente a ellos. Su silueta reclama la atención de cualquiera: las dos cumbres principales, en forma de cuernos, se recortan limpiamente en el horizonte sin otras elevaciones de su porte alrededor. "Es una montaña solitaria, bífida, sobre todo vista desde Pau", la describe Ravier, quien reside en esta ciudad francesa. "Y es especialmente porque tiene dos ambientes muy diferentes en sus vertientes norte y sur"....
La negra piel del Midi atrae al llegar a Pomble; imposible apartar la mirada. Un vasto paredón de roca andesita que delata el origen magmático de la montaña. Lo que contemplamos es el interior de un volcán: formado hace unos 300 millones de años, el cono  se desgarró y la posterior erosión dejó a la vista el contenido de la chimenea, una mole de dura piedra -lava solidificada en su origen- repleta de cicatrices por las que ahora progresan cordadas de escaladores. Hacia el lado opuesto  se distingue el valle de Arrious y las puntas del Pic Palas  y el fronterizo Balaitus el primer gran tresmil de la cordillera desde su extremo occidental...
Antes de regresar a España por el Portalet, conviene conducir unos kilómetros en dirección contraria hasta Port de Camps para llevarse un buen sabor de boca; un trozo de fromage  d'Ossau elaborado artesanalmente  en una queseía anclada, como el Midi d'Ossau, en épocas más pretéritas.
Jordi Pastor.El Viajero. El País, viernes 4 de octubre de 2019

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