martes, 5 de mayo de 2020

27 metros cuadrados de cómic en honor al "Guernica"

Sergio García Sánchez
En esta pandemonio que ha desatado ese trozo de química llamado coronavirus, el último proyecto artístico del dibujante García Sánchez (Guadix, Granada,52 años) tampoco ha salido indemne. Aunque el gigantesco retablo viajó en marzo a París para exponerse en el Museo Picasso como estaba previsto, su autor no pudo acompañarlo y permaneció enclaustrado en Cumbres Verdes, un lugar de Sierra Nevada donde cualquiera desearía ser confinado. Aquí ha trabajado Sergio García en un proceso de producción que ha mezclado la fabricación artesanal del soporte con la tecnología de la impresión digital para llegar a un colosal  conjunto de lienzos que homenajea al Guernica sin caer en la revisitación. Muy portunamente se llama Guerra.
Los franceses deberán esperar para verlo  hasta que se reabra al público la exposición Picasso y el cómic, que husmea en la relación entre el artista y el universo viñeta, donde se ha reservado un espacio singular para la obra del granadino. Como todo en estos días, se abrirá cuando se pueda, pero se mantendrá hasta el 1 de enero de 2021, tras la nueva reprogramación de las exposiciones. De París viajará al Festival Internacional de Cómic de Angulema, ya que Guerra es una coproducción del Museo Picasso de París y la Cité internationale de la bande dessinée et del'image de Angulema.
Sergio García Sánchez es uno de los dibujantes españoles más apreciados en Nueva York y París. Ha firmado libros con la escritora Nadja Spiegelman, hija de Françoise Mouly, editora de arte  de The New Yorker, y del dibujante de Art Spiegelman, y Lewis Trondheim, uno de los renovadores del cómic francés. También publica en The New York Times Book Review y da clases en Angoulema, nave nodriza del cómic  de autor. Tiene una larga trayectoria en el mundo de la historieta, donde combina esa rareza de sacar adelante teoría (es profesor de Ilustración y Cómic en la Universidad de Granada) y práctica. Probablemente lo primero da pistas sobre lo segundo y parte del carácter innovador de su obra gráfica, de su pulsión por la experimentación, enraíce en sus investigaciones académicas. "Aunque hago un poco de todo, vengo del cómic, donde los caminos están muy claros, mientras que los proyectos como Guerra tienen caminos mas insinuados. Son narrativos pero no tienen que ser claros. Es como la diferencia que hay entre poesía y prosa. Y resulta que me gusta mucho más la poesía"...

Tereixa Constenla. El País, 4 de mayo 2020 

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