miércoles, 20 de mayo de 2020

Carta a la Sra. Ministra de Educación

Con todos mis respetos señora,  le escribe otra señora que fue como usted catedrática, en mi caso de francés, usted de inglés. Yo desde el año 1974, usted no lo sé. Cuando la nombraron a usted ministra yo seguía trabajando con la tiza, el ordenador, la pantalla y mis alumnos. Calcule mis años de servicio. Mi atrevimiento a la hora de escribirle esta carta creo que está suficientemente justificado con los avales que presento. Aún así permítame que le presente otro del que me siento especialmente orgullosa. Fui,  junto a un grupo de alumnos del Instituto Eduardo Pondal de Santiago de Compostela, Premio Giner de los Ríos a la Innovación Pedagógica en 1986, por un trabajo que realizamos durante un intercambio con Lorient, el año en que se cumplían los 40 años de la Liberación de Francia después de la Segunda Guerra Mundial.
Mi larga carrera en la Enseñanza me permitió conocer y sufrir los grandes cambios educativos auspiciados por el partido del que usted forma gobierno. Las leyes, no las voy a nombrar, todos las conocemos. Había que democratizar la Enseñanza nos dijeron cuando su colega el Sr. Rubalcaba nos hizo tragar la Logse. Democratizar por abajo como siempre. El esfuerzo y el mérito empezaron su batida en retirada. Fueron unos años muy duros los de la adaptación a los nuevos tiempos. Los profesores de mi generación que habíamos dejado de ser jóvenes para ser maduros fuimos molestos, no les hicimos fáciles las cosas. Y empezaron las jubilaciones anticipadas, premiadas además con una sabrosa cantidad de dinero para dejar sitio a los jóvenes que también sabemos son el presente y el porvenir del país mientras que los viejos, no estamos muy bien vistos aquí, más bien sobramos, no le daré ejemplos.
Mi asombro y mi indignación no tienen límites con lo que está ocurriendo en la Educación en estos meses de Confinamiento. Una carta publicada en el Correo Gallego de hoy ha sido la gota que ha colmado mi paciencia.  "Carta de un docente "firmada por Jacobo Santos, docente de Secundaria. Leála. Explica con claridad lo que está ocurriendo. Usted, especialista en echar balones fuera, dirá: "Es en la Comunidad Autónoma de Galicia". No, señora, es mas o menos lo mismo en todos los sitios- Con una excepción: la comunidad de donde usted procede, el País Vasco.  La más rica, la que siempre ha tratado muy bien a sus profesores que han cobrado y supongo que siguen cobrando bastante más que el resto de los profesores españoles La tan cacareada IGUALDAD  que empiece por ahí: la igualdad de derechos para todos los españoles.
Otro motivo por el que me siento agraviada es la concesión de becas, que dijo usted ayer con una media sonrisa, "la situación será un poquito mejor" Pues no, señora, desde mi punto de vista, bastante peor. Explíqueme por qué tengo que pagar con mis impuestos a un alumno que solo consigue un 5. ¿Sabe usted que nota tenía que alcanzar yo para mantener mi beca, gracias a la cual soy lo que soy? Un 9. No, usted no lo sabe porque es rica de cuna. ¿Sabe cuantos profesionales chapeau de nuestra generación la suya y la mía, ente ellos algunos de los médicos ejemplares en la crisis que vivimos, estudiamos, nos formamos gracias aquellas becas de los tiempos de Franco, exigentes, despiadadas, según los criterios de hoy ?

Escribo esta carta en reconocimiento a la de Jacobo Santos (El Correo Gallego. miércoles 20 de mayo de 2020. Así como a mis compañeros del Instituto Eduardo Pondal en activo y al equipo directivo.

Carmen Glez Teixeira

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