lunes, 25 de mayo de 2020

Muere el actor Michel Piccoli

Michel Piccoli  y  Catherine Deneuve en
 Belle de jour
Mítico y, sin embargo, tan cercano que se diría que todo en él se antojaba perfectamente lógico. Entre le mito y el logos, pues. En sus memorias publicadas en 2015 (J'ai vécu dans mes rêves/ He vivido en mis sueños) y coescritas de la mano del que fuera también legendario jefe en el Festival de Cannes, Gilles Jacob, hablaba de sí mismo y de su  trabajo con una modestia que, a fuerza de modestia, acababa por resultar  rigurosamente creíble. Pasa pocas veces. "Conseguir sorprender con mi trabajo  sin pretensiones y con sencillez fue mi ideal. Soy un niño eterno, feliz de contar una historia. Darle vida a un texto me da un placer increíble, y  me ha sorprendido vivir esta extravagante profesión. ¡Actuar es muy extraño! Primero tienes que trabajar mucho, luego debes comenzar a jugar/actuar y ya no hay vuelta atrás", dejó escrito y, de alguna manera, es difícil no ponerse de su lado. Michel Piccoli (1925-2020), como Mastroniani y Fernando Rey, por poner dos ejemplos cercanos y universa, hizo de la transparencia, de su imperceptibele y evidente saber hacer su sello y grandeza. El 12 de mayo a causa de un derrame cerebral, informa AFP, se sabía que el actor francés moría a los 94 años y  ya desde hace tiempo alejado de la escena. Se quejaba de que, por culpa de los seguros y de una memoria quebradiza, no le dejaban seguir haciendo lo que más le divertía.  

Repasar u filmografía es pasear por todas las revoluciones del cine moderno. Su primer papel de relevancia, de hecho, fue desde el primer fotograma una revolución. Le mépris/El desprecio (1963), de Jean Luc Godard, es la más evidente  declaración de intenciones  que el cine haya hecho de sí mismo.Aterrizó en la película al lado de Brigitte Bardot con casi 40 años cumplidos y después de una extensa carrera en el teatro y de haber trabajado  con gente como Jean Renoir, Jean Pierre Melville y con uno de sus directores de referencia  en el futuro inmediato: Luis Buñuel...

Claude Sautet le tuvo como fetiche y arma arrojadiza contra el hombre medio de una sociedad moderna mediana que se desmorona. Sus papeles en Les choses de la vie/Las cosas de la vida  (1970) o Max y los chatarreros (1971) dan la medida exacta de esos personajes introspectivos sin pretenderlo, profundos en la livianidad de sus modales. De paso, ahí coincidió com Romy Schneider, una de sus pasiones, que no necesariamente de sus amantes...

Por las más de 200 películas que componen su filmografía, se repite con una recurrente normalidad el retrato del burgués que claudica, del hombre por fuerza acomplejado que no es capaz de entenderse con una masculinidad estéril y fuera de norma y de época. Así es en La Gran comilona / La grande bouffe (1973), de Marco Ferreri, y en Tamaño natural (1974) de Luis García Berlanga...

"Preferiría ir desapareciendo poco a poco...¡y no morir nunca!", escribe en sus memorias Quién sabe si no es el verdadero destino de cualquier actor: desaparecer  en cada uno de sus personajes ...¡ y no morir nunca!. Entre el mito y el logos asediado por la contradicción de llamarse Piccoli siendo el más grande.

Luis Martínez. El mundo, lunes 18 de mayo de 2020.

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