Michel Piccoli y Catherine Deneuve en Belle de jour |
Repasar u filmografía es pasear por todas las revoluciones del cine moderno. Su primer papel de relevancia, de hecho, fue desde el primer fotograma una revolución. Le mépris/El desprecio (1963), de Jean Luc Godard, es la más evidente declaración de intenciones que el cine haya hecho de sí mismo.Aterrizó en la película al lado de Brigitte Bardot con casi 40 años cumplidos y después de una extensa carrera en el teatro y de haber trabajado con gente como Jean Renoir, Jean Pierre Melville y con uno de sus directores de referencia en el futuro inmediato: Luis Buñuel...
Claude Sautet le tuvo como fetiche y arma arrojadiza contra el hombre medio de una sociedad moderna mediana que se desmorona. Sus papeles en Les choses de la vie/Las cosas de la vida (1970) o Max y los chatarreros (1971) dan la medida exacta de esos personajes introspectivos sin pretenderlo, profundos en la livianidad de sus modales. De paso, ahí coincidió com Romy Schneider, una de sus pasiones, que no necesariamente de sus amantes...
Por las más de 200 películas que componen su filmografía, se repite con una recurrente normalidad el retrato del burgués que claudica, del hombre por fuerza acomplejado que no es capaz de entenderse con una masculinidad estéril y fuera de norma y de época. Así es en La Gran comilona / La grande bouffe (1973), de Marco Ferreri, y en Tamaño natural (1974) de Luis García Berlanga...
"Preferiría ir desapareciendo poco a poco...¡y no morir nunca!", escribe en sus memorias Quién sabe si no es el verdadero destino de cualquier actor: desaparecer en cada uno de sus personajes ...¡ y no morir nunca!. Entre el mito y el logos asediado por la contradicción de llamarse Piccoli siendo el más grande.
Luis Martínez. El mundo, lunes 18 de mayo de 2020.
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