Durante la carrera tuve un profesor de Estética que relataba anécdotas que parecían leyendas urbanas. Hablando de la voluntad expresiva y de la capacidad del arte para atrapar el tiempo, contó que un día Picasso le hizo un retrato a Dora Maar y cuando ella se levantó para verlo se horrorizó al descubrirse furiosa y arrugada y le dijo: "Esa no soy yo". A lo que el pintor respondió: "Ya lo serás".
La semana pasada caí por el Museo de la Colección Rosengart de Lucerna, la pinacoteca de Angela Rosengart (1932). Entre otros picassos apareció una Dora Maar. El padre de Angela, Siegfried Rosengart abrió su primera galería de arte en 1937. En el verano de 1948 se rompió una pierna y pidió a su hija de entonces 16 años que le echara una mano. Así formaron equipo con el propósito de coleccionar obras únicas de Paul Klee (más de 129 piezas), de Picasso (¡180!) y de lo que ellos llamaban clásicos modernos (de Cézanne a Chagall). En 1985 falleció Siegfried, y en 1922 ella creó la fundación con el fin de mantener una colección única para Lucerna. Desde 2002 funciona como museo en un edificio de 1934 que todo el mundo llama Nationalbank.
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Ángela Rosengart junto a uno de sus retratos de Picasso. |
Antes de irme observo otro retrato de Dora Maar pintado con la técnica de la doble cara y en tonos grises, y al lado otro de Nusch Éluard (esposa del poeta Paul Éluard), tierna, pensativa, frágil...Cuando por fin salgo a la Pilatusstrasse para buscar el espejo del lago entiendo por qué Picasso decía que pintaba como otros escriben biografías.
Use Lahoz. El País Semanal, 5 de septiembre de 2021
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