viernes, 17 de septiembre de 2021

La retórica musical alza su voz en Utrecht

Quintiliano fue el primero en referirse a la afinidad entre la retórica y la música, un tema que sería luego objeto de sesudos tratados en el Renacimiento y, sobre todo, el Barroco, cuyos autores fueron todos ávidos lectores de la Institutio Oratoria  del calagurritano. Modernos estudios se han referido, por jemplo, a Guillaume du Fay y Josquin des Prez, dos de los grandes polifonistas renacentistas, como "oradores musicales" y detras de una obra de apariencia especulativa como la Ofrenda Musical de Bach se ha detectado una completa secuencia de elementos de la retórica clásica. El Festival de Música Antigua de Utrecht se ha propuesto este año analizar en profundidad estas conexiones: programando decenas de conciertos como hace siempre, por supuesto, pero también dejando espacio para que las expliquen sus intérpretes. El título de esta edición, en inglés, Let's Talk/Hablemos, es suficientemente explícito y se complementa con un subtítulo en neerlandés: La retórica en las artes. 

En punto a libertades los Países Bajos suelen formar parte siempre de la avanzadilla. Las mascarillas no son ya aquí obligatorias en interiores, aunque para acceder a las sedes de los conciertos hay que pasar un riguroso control personalizado de identidad y del código QR que de fé bien de la pauta de la vacunación completa, bien de la recuperación de la covid...

Ensemble Corespondances

El honor de la inauguración, el viernes por la tarde se confió al Ensemble Corespondances, que tan excelente impresión causó aquí en 2018 con Le Concert Royal de la nuit. Era la primera vez que el grupo de Sébastien Daucé salía de su territorio habitual (los repertorios francés y en menor medida italiano), pero la incursión era en una obra, Membra Jesu Nostri, cantados con humildísima devoción de todo el corazón... La propuesta de Sébastien Daucé contó con un extraordinario grupo de cantantes en el que destacaron las sopranos Caroline Weynants y Perrine Devillers, asi como la siempre idiosincrásica contralto Lucile Richardot, que usó con un inusual comedimiento el torrente de su voz oscura y de color casi hermafrodita...

Idénticos intérpretes repitieron el sábado por la tarde en la Jacobikerk, esta vez en un repertorio contrarreformista. Pero la joya del concierto fue Jephte, un oratorio breve del italiano que se cierra con uno de los finales más emocionantes del Barroco, cuando el coro llora la muerte de la hija de Jephte. 

El concierto de L'Arpeggiata y Philippe Jaroussky terminó con el contratenor cantando Déshaillez-moi, de Juliette Gréco, y lanzando su chaqueta a una mujer sentada en las primeras filas...El Ensemble Organum volvió a coronar a la Messe de Nostre Dame de Machaut como uno de los grandes cimientos de la música polifónica occidental. La Divina Armonía ofreció un concierto virtualmente perfecto en la Pieterskerk el domingo por la noche con músicas nacidas tras los estragos causados en Milán por la peste en 1630. La propia retórica del Festival de Utrecht, tras el clamoroso silencio del año pasado, se mantiene incólume.

Luis Gago. Utercht. El País, martes 31 de agosto de 2021

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