A Josephine Baker se la recuerda por aquella célebre frase: "Tengo dos amores: mi país y Paris", pero seguramente en los años cincuenta hubiera añadido uno más: el Château des Milandes, el castillo que primero alquiló y luego compró en la Dordoña, la llamada tierra de los 1.001 castillos y, por tanto, con nada que envidiar a las castillos del Loira.
Será el próximo 30 de noviembre cuando se convierta en la primera mujer negra en entrar en el Panteón de Francia, el mausoleo donde descansan las figuras más distinguidas del país galo, de Volaire a Rousseau y de Victor Hugo a Emile Zola. La primera leyenda con toda seguridad en lograr la fama por pasear con un leopardo por la avenida de los Champs-Élysées y por dejar boquiabierto al personal con aquel Danse Sauvage en el Folies Bergère, el mítico cabaré, ataviada con aquella minifalda de plátanos. Es una de las piezas que conservan en el castillo de Milandes, junto con otros vestidos, fotografías y objetos que ilustran la vida de aquella "Venus de ébano" nacida en Missouri, EEUU, en 1906.
Enclavado en el sureste de Sarlat, junto al bello río Dordoña (región de Aquitania), y rodeado de majestuosos jardines, el castillo renacentista de Milandes se ha convertido en un museo que se puede visitar durante todo el año. Uno de esos catillos de La bella durmiente del que se enamoró la vedette en los años 30 del siglo pasado y luego transformó en su hogar y de su singular familia.
Casada con el magnate Jean Lion, gracias al que adquirió la ciudadanía francesa. Baker decide ampliar la familia creando un pequeño Naciones Unidas desde cero. Para ello adoptó a doce niños de diferentes partes del mundo para formar lo que ella llamó la Tribu Arcoíris.
Dentro hay también mucho art déco, el estilo popular de la época que se puede ver aún en las habitaciones y en un espectacular cuarto de baño repleto de frascos de perfume donde es fácil imaginarse a Baker arreglándose antes de salir al escenario.
Lamentablemente, las deudas obligaron a la artista a vender el castillo, pese a las continuas ayudas que le brindó Brigitte Bardot. En 1964 el Château des Milandes se subastó al mejor postor. Baker se instalaría después en la Costa Azul con la ayuda de Grace Kelly, princesa de Mónaco.
Marta González-Hontoria. El Mundo .Viajes, 14/9/2021
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