"Cuando empecé a leerlo tuve la sensación de reencontrarme con viejos amigos, con personajes que conocí en bares, tiendas de discos y festivales", recuerda el ilustrador y expinchadiscos, superviviente del atentado de Charlie Hebdo en 2015, del que salió ileso de milagro, al haberse quedado dormido aquella mañana. Era la persona que mejor podía adaptarlo, por su enorme cultura musical y porque está acostumbrado a trabajar rápido", dice Despentes.
A lo largo de este primer tomo de 300 páginas -habrá un segundo y último que ya están terminando-, Vernon Subutex describe un mundo donde todo se desmorona. El libro es un requiem por una subcultura arrancada por el neoliberalismo, el de las tiendas de discos y las pequeñas salas de conciertos, las radios libres y las mediatecas públicas, empujadas a la irrelevancia tras la virtualización galopante del sector cultural. "En el libro la precarización del mundo de la música sirve para describir la precarización de la sociedad en general", sostiene Luz, nacido Renald Luzier (Tours, 49 años), por videoconferencia desde una ubicación que no puede compartir, ya que sigue amenazado por los islamistas y vive bajo protección policial...
La crisis de la identidad francesa es el tema de fondo de esta adaptación. Luz reconoció en ella la aventura común de los dibujantes de la que fue su revista durante 20 años. "También me recordó a lo que vivimos tras al atentado. Días después, millones de personas salieron a la calle para protestar. Se habló de un gran impulso colectivo. Pero no hubo ninguna catarsis. Dos años después, Marine Le Pen llegaba a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales", lamenta Luz...
Álex Vicente. Madrid. El País, viernes 17 de septiembre de 2021
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