martes, 14 de septiembre de 2021

Extravagancias, obsesiones y misterios del mago del surrealismo

Los amantes de René Magritte

René Magritte  (1898-1967) es uno de los artistas más populares de la historia del arte. Su extensa obra es una poderosa mezcla de imágenes cotidianas, raras, eróticas y humorísticas difundidas hasta la saciedad. Su pipa, los bombines, los cielos, los mareos de las ventanas y personajes híbridos forman parte del imaginario colectivo. Sin embargo, su obra está muy poco representada en las colecciones españolas -el museo Thyssen posee La llave de los campos (1936), el Reina Sofía tiene dos y Telefónica una- y se le han dedicado muy pocas exposiciones: en la Fundación Juan March, en 1989, y en la Fundación Miró, en 1998. Con un retraso de un año por culpa de la pandemia, su legión de admiradores tiene ahora la oportunidad de conocer la obra del genio belga  en la retrospectiva La máquina Magritte, que se podrá ver en el museo Thyssen del 14 de septiembre hasta el 30 de enero. Después viajará al CaixaForum de Barcelona (del 24 de febrero al 5 de junio de 2022).  Se exponen 95 pinturas (y una instalación con fotografía y películas caseras) que cuentan con una garantía del Estado de 375,7 millones de euros. Las piezas proceden de colecciones públicas y privadas de todo el mundo conseguidas con el apoyo de la Fundación Magritte.

Guillermo Solana, director artístico del museo y comisario de la muestra, ha jugado con el concepto más reconocible de la obra de Magritte: el componente repetitivo y combinatorio aplicado sobre temas obsesivos que vuelven una y otra vez con innumerables variaciones a lo largo de su carrera. Por ejemplo, llegó a plasmar 17 versiones de El imperio de las luces. La exposición, situada en la planta principal del Thyssen, está dividida en siete secciones: Los poderes del mago, Imagen y palabra, Figura y fondo, Cuadro y ventana, Rostro y máscara, Mimetismo y Megalomanía. 

Solana cuenta que tenía el proyecto en la cabeza desde 2015. Por diferentes causas se fue posponiendo y la covid lo complicó todo a causa de los préstamos. Muchas de los obra que tenían comprometidas desde hace dos años no han podido viajar, pero a cambio encontraron a otros prestadores que han hecho posible que el concepto de la exposición no se haya alterado.

De sus primeros años, de cuando aún no era Magritte, hay pinturas en las que está presente la iconografía que después le haría reconocible en todo el mundo: bombines, lunas, árboles o cerraduras a las que envolvía con una advertencia, "Aquí no hay respuestas, solo preguntas",  máxima que defendió a muerte, a la vez que se convertía en el mejor narrador del absurdo cotidiano y de los misterios de las palabras...

Ángeles García. Madrid, El País, sábado 11 de septiembre de 2021

No hay comentarios:

Publicar un comentario