martes, 12 de octubre de 2021

Las "Pinturas negras" de Goya en formato audiovisual

Dos siglos después, el estigma de lo indescifrable pervive en las Pinturas negras de Goya (Fuendetodos, 1746-Burdeos,1828), uno de los corpus pictóricos  más inquietantes de la historia del arte y verdadero legado del genio en su vertiente más atormentada. Ni las incansables investigaciones de Neil Glendinning acerca de la Quinta del Sordo y el traslado de las pinturas  en 1874 de la pared al lienzo, ni el impagable bisturí analítico de Valeriano Bozal en su imprescindible libro Pinturas negras de Goya, ni las fotografías de Jean Laurent a finales del XIX en la Quinta cercana al Manzanares, ni las decenas de hipótesis plausibles o extravagantes acerca de los motivos de Goya para ejecutar aquel santuario del horror en la recta final de su vida, justo antes de marchar al exilio de Burdeos y huir de la triste España del absolutismo fernandino, han servido ni sirven para enfocar con claridad el enigma: ni por qué Goya adquirió en 1819 (el año que cayó gravemente enfermo) aquella especie de alquería a orillas del Manzanares por 60.000 reales, ni por qué escogió plasmar en las paredes de sus dos plantas su versión más tenebrosa del ser humano con pigmentos terrosos y oscuros, ni si ejecutó él solo las 14 pinturas, ni cómo estaban exactamente expuestas, ni el porqué de las pinturas subyacentes... Toda explicación es bienvenida. El enigma permanece.

Ahora, el artista francés de origen español Philippe Parreno (Orán, Argelia, 57 años) ha penetrado en el universo negro de Goya y ha puesto su granito de arena no ya para explicar lo que probablemente resulta inexplicable, pero sí para contribuir al esbozo expresionista de un porqué. Parreno recibió hace tres años la invitación de la Fundación Beyeler, en Basilea (Suiza), para interpretar con total libertad el tenebroso conjunto que cuelga de las paredes del Padro. La Beleyer inaugurará el 10 de octubre (abierta hasta el 30 de enero) la que con toda probabilidad quedará como la exposición de Goya más importante fuera de España. En la muestra, organizada por la entidad en colaboración con el Museo del Prado y especialmente centrada en las últimas etapas del genio aragonés, podrán contemplarse 75 pinturas, medio centenar de dibujos  y otros tantos grabados, en un conjunto que reunirá un buen puñado de obras maestras procedentes de museos de Europa y Estados Unidos... Pero por supuesto las grandes ausentes serán las Pinturas negras, imprestables de todo modo.

Así que, ante la inevitable ausencia, los comisarios de la exposición ficharon a Philippe Parreno y le dieron carta blanca para penetrar lo indescifrable de las criaturas goyescas y el contexto en que vieron la luz. El resultado es una película de 40 minutos (aún sin título definitivo) en la que -mediante el uso de las más avanzadas tecnologías de imagen y sonido- el artista francés ha tratado de reconstruir la Quinta del Sordo y sus oscuros tesoros. La pieza será proyectada  en una gran pantalla instalada en una sala oscura como colofón al recorrido de la muestra de Basilea.

El artista francés de ascendencia española (toda su familia viene de Elche) ha realizado esta obra en colaboración con el operador Darius Khondji y con el ingeniero de sonido Nicolas Becker, con quienes ya rebajó en su película sobre Zinedine Zidane -Zidane: un retrato del siglo XXI- una auténtica locura audiovisual grabada en 2005 durante un Real Madrid-Villarreal...

Pero aunque Zidane fuera puro arte volvamos a Goya...Así desbroza el germen del proyecto y su filosofía, animada en gran medida por cierta crítica personal a la disposición actual del Prado: "Esas catorce pinturas fueron realizadas en aquella casa, la Quinta del Sordo; luego la casa fue destruida. Las pinturas que habían sido hechas sobre las paredes, fueron salvadas y trasladadas a lienzos. Luego fueron instaladas en una sala propia, en el Prado, como una especie de capilla, y es genial que le dedicaran ese espacio propio, pero no deja de ser como una exposición de objetos alineados, una especie de despliegue pictórico donde las confrontaciones, las oposiciones  y los vis-a-vis que Goya había dispuesto ya no están, y donde las pinturas quedan, por así decirlo, un tanto aplastadas". "En la Quinta, prosigue el artista, "eran esenciales los espacios entre pinturas, yo lo veo como un pentagrama mágico y hoy ese pentagrama ha desaparecido y lo que quedan son los objetos que lo constituían. Así que la idea de la película es reconstituir aquel espacio de energía, aquella arquitectura desaparecida".

Borja Hermoso.  El País Semanal, 30 de septiembre de 2021

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