Antes de pasar al capítulo de las playas, otras dos pistas en San Juan de Luz: hay que acercarse al jardín botánico Paul Jovet, asomado a un acantilado, y a un frontón -no hay pueblo sin uno- para ver un partido de pelota.
Sobre playas y calas, en el País Vasco Francés hay mucho donde elegir. Familiares, urbanas, entre rocas...En pleno centro de San Juan de Luz, la Grande Plage, con un paseo marítimo muy animado. En el barrio de Acotz-Erromadie, un gran espacio natural bastante agreste, espera Erromandie, con magníficas puestas de sol y buena música en los chiringuitos Bibam o La Guinguette. Siguiendo la costa un poco hacia el norte, dos enclaves muy surferos: Lafiténia, para consagrados y acostumbrados a competir y Senix. Entre ambas queda la cala de Mayarco que anuncia la entrada a Guéthary.
Para alejarse un poco de la arena siempre nos queda este pueblo -que no hay que confundir con la Guetaria guipuzcoana- donde todo tiene un tono diferente, hasta el puerto extraño por diminuto. Apenas llega el ajetreo playero (salvo el surfero de los arenales colindantes), porque aquí no se viene a tomar el sol y sí a sentarse en la terraza del hotel Le Madrid, delante de un buen desayuno, o en Le Bar Basque, ambos pegados al frontón. Sin salir de esta calle se puede comprar fruta y verdura locales, y textiles de Japón, en Yaoya, una épicerie basque-japonaise que desde este pueblecito de Aquitania ha saltado a las páginas de la revista Wallpaper.
Entre Guéthary y Bidart, en apenas tres kilómetros se concentran playas notables, con escuelas de surf y olas para distintos niveles, dependiendo de las mareas. Y ya más al norte cerca de Biarrtiz, la de Ilbarritz con un campo de golf que domina el su arenal...
María José Díaz de Tuesta. El Viajero. El País, sábado 11 de septiembre de 2021
No hay comentarios:
Publicar un comentario