Las obras llevadas a cabo en la cripta de la Catedral consistieron en la sustitución del pavimento, la limpieza de paramentos y mejora de la carpintería e instalación eléctrica. En el transcurso de las mismas se localizaron cerca de una treintena de piezas escultóricas, muchas de ellas pertenecientes al coro pétreo del Mestre Mateo, y otras precedentes de diferentes puntos de la Basílica.
Entre ellas destacan las relacionadas con el degüello de los Santos Inocentes, que pertenecerían a un ciclo dedicado a este tema que aparece descrito en el Evangelio de San Mateo. Estas piezas conservan la policromía.
Asimismo, también se localizó una figura sedente que se identifica con el rey Salomón, un fragmento de una lauda sepulcral, que fue reutilizada como parte del pavimento en las obras que se llevaron a cabo en la cripta a comienzos del siglo XVII, así como varias piezas procedentes del coro del Mestre Mateo, entre ellas, varias torres del remate de las fachadas exteriores del conjunto, que son una representación de los muros de la Jerusalén Celeste.
Además, debajo de una parte del pavimento se encontró una cimentación que recorre todo el ancho de la cripta con una bancada exterior, que podría pertenecer a parte de la fachada de la Catedral en época románica, y fragmentos de dovelas de arcos que responden al modelo utilizado en el desaparecido claustro medieval y sus capillas adyacentes.
También se localizaron tumbas, el foso de la muralla del siglo X, construida por el obispo Cresconio, un horno metalúrgico de fundición de campanas, probablemente coetáneo de la construcción de la Catedral románica, un segundo horno y, por último, un pozo...
Luis García. Santiago. El Correo Gallego, viernes 1 de octubre de 2021
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