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El memorial de los reporteros en Bayeux |
Por primera vez en sus 28 ediciones, el nombre de un galardonado se ha mantenido en el anonimato para proteger su vida. Se trata de un birmano, recompensado por sus fotos de la Revolución de Primavera. Su trabajo ocupó varias páginas del New York Magazine. Sí, han leído bien: varias dobles páginas de un dominical dedicadas a un conflicto lejano. En la categoría Prensa escrita la recompensa fue para Wolfgeng Bauer por Entre los talibanes, un reportaje de más de 50.000 caracteres publicado por el semanario alemán Die Zeit. Un texto que hubiera necesitado al menos cuatro dobles páginas en El Mundo. De nuevo, hard news a lo grande de un conflicto lejano... ¿Quién hablaba en agosto de 2020, un año antes de la caída de Kabul, del avance talibán, pueblo a pueblo? El autor rindió homenaje a uno de sus fixers, "muerto a tiros delante de su casa hace unas semanas a manos de dos sicarios, probablemente talibanes".
Quiero destacar dos premiados más. el joven reportero que firma en Le Monde como Thomas D'Istria cuya imagen no se difundió para proteger su labor en Bielorrusia. Y el de la categoría Radio, otorgado a Margaux Benn por su trabajo en Kandahar (Afganistán) difundido en un programa de Europe 1, suprimido por el nuevo dueño de la emisora, Vincent Bolloré. Bayeux tiene una bella catedral y acoge el considerado primer reportaje gráfico de la historia, su célebre tapiz de 69 metros que narra la conquista de Inglaterra por Guillermo de Normandía en 1066. Por eso, aunque el alumbrado público se apaga a medianoche, es un sitio idóneo para celebrar la libertad de prensa. Y recordar que la información tiene un valor y un precio.
Iñaki Gil. El Mundo, lunes 18 de octubre de 2021.
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