martes, 5 de octubre de 2021

La hija de Picasso cede a Francia nueve obras del artista español

Maya, hija de Pablo Picasso (1881-1973), ha donado nueve obras del pintor español a Francia como parte de un acuerdo fiscal con el Estado francés. Entre ellas figura un retrato del padre del artista, de 1895, y el "Niño con piruleta sentado debajo de una silla", un cuadro pintado poco después del "Guernica" en 1938. 

Se trata de la tercera cesión de cuadros del genio malagueño desde la creación del Museo Picasso de París y la primera desde 1990. La ministra de Cultura francesa, Roselyne Bachelot, destacó en el acto de entrega esta donación "excepcional" que contribuye a mantener el Museo Picasso de París como el mayor depositario de la obra del pintor, con más de 5.000 piezas, entre ellas 300 pinturas. Maya Ruiz Picasso (86 años), hija de Picasso y de Marie Thérèse Walter, estuvo representada por motivos de salud por sus hijos Diana y Olivier en el acto, que contó además con la presencia del ministro de Economía francés, Bruno Le Maire.

En una carta leída por su hijo Olivier, Maya explicó que "Francia fue una elección de mi padre y yo nunca he pensado en irme a otro lugar".

"¿Que sería de Francia sin el español Pablo Picasso?", declaró por su parte el ministro de Economía.

Por orden cronológico, la primera obra cedida es Don José Ruíz (1895), un cuadro de los inicios artísticos del pintor. Picasso pintó a su padre de perfil, con una delicada paleta de marrones. El pintor recogió en el lienzo la legendaria seriedad de su progenitor, un hombre que con su disciplina fue clave para que Picasso iniciara su carrera de pintor.

Le sigue un Estudio para una intérprete de mandolina (1932), una obra mixta, óleo y carboncillo.

La tercera en antigüedad es Niño con piruleta sentado debajo de una silla ( 1938), la obra escogida para ser desvelada ante la prensa y los invitados. Se trata de una obra de gran fuerza, pintada en pleno vigor artístico de Picasso. Un retrato en blanco y negro, cubista, que recuerda plenamente los personajes acorralados del Guernica, que había causado sensación un año antes.

El retrato de Émilie Marguerite Walter (Mémé) de 1939 guarda el mismo estilo, pero la abuela de Maya, la madre sueca de Marie Thérèse, está pintado a color con una sonrisa bonachona.

Una escultura, La Venus del Gas, de 1945, demuestra la capacidad de sorprender de Picasso. El artista tomó un quemador de gas, lo enderezó, le puso un pedestal de madera y por arte de magia, lo transformó en una diosa de aires prehistóricos.

La influencia de los grandes maestros aparece en cambio con El Bobo (1959), un óleo que se apropia de la figura del enano de corte, que tan a menudo retrató Velázquez. El personaje aparece riendo con una botella en una mano y una sartén con lo que parece ser dos huevos fritos en la otra.

Picasso también estaba enormemente interesado por la pintura de su país de acogida, y su hija ha donado al museo un cuaderno de dibujo sobre el cuadro Almuerzo sobre la Hierba de Edouard Manet (1863).

Cabeza de hombre es de 1971, en la etapa final de Picasso. Este óleo fue elegido para ilustrar la portada del catálogo de la última exposición del artista.

La última pieza donada a Francia no es una obra de Picasso, sino una pieza que lo acompañó toda su vida desde que la compró en la primera década del siglo XX. Se trata de  una estatuilla Tiki de las Islas Marquesas, un magnífico ejemplar de arte primitivo.

"Es un nuevo enriquecimiento (para el Museo Picasso) con obras que mi madre siempre conservó con la intención que fueran a parar a un museo", declaró a AFP Olivier Widmaier Picasso, nieto del artista.

S.C. ABC, 20/9/2021

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