viernes, 7 de enero de 2022

Arpas y estrellas

Gustave Dudamel

Gustavo Dudamel  (Barquisimeto, 40 años) sonríe. Lo hace siempre y de varias maneras distintas. En su boca todo es "maravilloso" y "hermoso". O, en el peor de los casos "feliz" y "emocionante". El venezolano describe su llegada a Francia, pocas semanas antes de nuestro encuentro, como "un bellísimo comienzo". ¿El gris imperfecto en el cielo, las batallas cotidianas como el funcionariado, la petulancia como deporte nacional? No sabe o, en cualquier caso, no contesta. "Me siento el ser más privilegiado del mundo. No sé qué más podría pedir", asegura él, todo hoyuelos. 

Empieza el otoño y Dudamel acaba de asumir su nuevo cargo de director musical de la Ópera de París, una consagración definitiva, a sus 40 años, con la que deja atrás su etapa de niño prodigio de la música clásica  y empieza a lucir un perfil más maduro y sereno, a juego con los reflejos plateados de su cabellera. Por la acumulación de trabajo en el inicio de temporada operística , el director de orquesta más brillante de su generación  lleva días durmiendo en un sofá cama de su despacho, una estancia de geometría inquietante y una decoración tirando a desangelada que heredó de su predecesor-"todavía no me ha dado tiempo de cambiar nada", dice- en el majestuoso edificio de la Ópera Garnier, la sede histórica de esta institución  fundada en 1669 por Luis XIV, con una orquesta de 170 músicos, un ballet de 150 bailarines y un coro de un centenar de voces. Cuenta con otra oficina de contornos más diáfanos, en el segundo edificio de la Ópera de Paris, una fortaleza ochentera de arquitectura posmoderna pegada a la Bastilla: en sus estancias de aspecto retrofuturista el venezolano posó para este reportaje.

Dudamel dirigirá por contrato un mínimo de tres producciones por temporada y compaginará su nuevo cargo con la dirección de la Filarmónica de Los Ángeles, que encabeza desde 2009. Es decir, que dividirá, durante los próximos seis años, su tiempo entre dos continentes. Pero no ve ninguna esquizofrenia en el hecho de dirigir, a la vez, un templo europeo del arte lírico y una ópera joven en el downtown angelino. "Si estuviera haciendo dos cosas totalmente distintas sería diferente, pero no deja de ser música. Hay un hilo indestructible", rebate él. Pero todavía hay más: también está a cargo de la banda sonora de la adaptación de Wes Side Story, de Steven Spielberg, que se estrenará en cines el 22 de diciembre, y de la que, en el momento de la entrevista, sigue teniendo prohibido hablar.

Dudamel hace justicia a la leyenda sobre su estajanovismo. "En realidad, no lo veo como una hiperactividad. Mi vida ha sido así desde jovencito. Al contrario, ahora vamos a tener un ritmo más calmado. Viajaremos, pero menos... Dirigir dos óperas en dos ciudades distintas es menos estresante  que empalmar conciertos en puntos diferentes del planeta. Llevábamos años buscando esta estabilidad", responde . Habla en plural no mayestático: incluye en él a su esposa, la actriz española María Valverde, con quien se casó en 2017 en Las Vegas, y al hijo de su anterior esposa, Martín...

Álex Vicente. ICON. El País, 3 de diciembre de 2021.

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