En este papel hecho a medida, Balasko evita caer (aunque a veces por muy poco) en el exceso y la caricaturización, brindándonos sus mejores momentos junto a su yerno (Jerôme Commanduer que aquí conocemos por otra comedia francesa con mayor repercusión por estos lares, Bienvenidos al Norte ). Y aunque los malentendidos entre ellos no dejan de ser lugares comunes y chistes fáciles, terminan por ser efectivos.
Eric Lavaine también director de la original, se limita a tomar el esquema que tan bien le funcionó anteriormente, evitando cualquier innovación al margen. Es por ello que Vuelta a casa de mi hija es una comedia amable y muy francesa, una película resultona, de tono intencionadamente ligero, no por vista menos disfrutable, que busca agradar a todos los públicos sin más complicaciones.
Sabela Pillado. La Voz de Galicia, viernes 31 de diciembre de 2021
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