Cada temporada, unos 650.000 españoles pasan a la vertiente norte pirenaica para esquiar. No en busca de grandes dominios e instalaciones a la última -la mayoría de las estaciones son más pequeñas que las españolas-, pero sí de precios más asequibles, una nieve de calidad y 16 centros termales a pie de pistas, entre otras cosas. Quienes decidan ir este invierno deben tener en cuenta que, de momento, Francia exige el certificado de vacunación o una PCR negativa realizada al menos 72 horas antes de entrar en el país.
A las puertas del parque nacional de los Pirineos, las estribaciones más occidentales de la cadena ofrecen tres estaciones situadas a una altura moderada y cuatro espacios nórdicos amplísimos con casi 120 kilómetros para el esquí de fondo. Un territorio bien conservado con tesoros naturales como el hayedo de Irati -compartido con Navarra- o el macizo del Midi d'Ossau. La Pierre Saint-Martin (altitud: 1527-2153; pistas: 27 kilómetros) estrena tres descensos y una ruta para esquí de montaña con guía. Lo mejor deslizarse por el bosque de Braca y dormir en cabañas de madera entre los pinos. Artouste e s la estación más cercana a España -por el Portalet, en Huesca- a solo 25 kilómetros de la frontera. Gourette, en el corazón del valle d'Ossau, es la cuna del esquí en el Pirineo con más de un siglo de historia deportiva...
Carlos Ara. el Viajero. El País, viernes 24 de diciembre de 2021.
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