-Dice que es su primer álbum acústico. ¿Hasta que punto lo dice en serio?
-Bueno, lo digo un poco provocativamente. Pero es cierto que, por ejemplo, el concepto de los conciertos es muy relajado. Introducimos las piezas, hacemos bromas, contamos anécdotas...Llevo veinte años grabando discos, centrado en el repertorio del Barroco, los castrati y todo eso, y ahora me apetece hacer proyectos más originales. La pandemia me dio el tiempo necesario para elegir las obras meditándolo todo muy bien. Hemos ido mucho más allá del repertorio clásico para voz y guitarra, incorporando muchas transcripciones.
-Y tanto. Para el público hispanohablante, por ejemplo, este disco es un regalo, con El mirar de la maja de Granados, Anda, jaleo, de Lorca, Alfonsina y el mar de Mercedes Sosa.
-Sí, sí. Alfonsina fue un gran reto, porque me obligaba a trabajar con la pronunciación argentina. Para mí es una de las canciones más bonitas de la historia y Mercedes Sosa es una leyenda. Al principio no me sentía capaz de grabarla. Estaba intimidado. Thibaut me convenció. También consideramos las 7 canciones populares de Falla, pero las descartamos porque querías cosas menos trilladas.
-Thibaut García tendrá raíces españolas, ¿no? Con ese apellido...
-Sí, su padre es español por eso la tradición musical española la tiene muy interiorizada. Yo lo conocí en los premios Victoires de 2019, cuando ganó en la categoría de artista revelación. Tiene una manera muy natural de acompañar la voz y una energía que es muy serena. Eso me encanta. Ya colaboramos en Pasión Jarousky. Grabamos juntos Les feuilles mortes de Prévert y Flow my Tears de Dowland. Ahi ya estaba este disco en potencia...
Alberto Ojeda. El Cultural, 17-12-2021
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