sábado, 12 de febrero de 2022

LaTorre Eiffel se acicala para los Juegos

La torre Eiffel está recibiendo una capa de pintura para estar reluciente de cara a los Juegos Olímpicos de París del 2024, pero la operación está siendo más difícil de lo previsto debido a la pandemia del covid-19 y a varios imprevistos técnicos. 

Todo momento es bueno para recuperar el tiempo perdido: de noche, en horarios de poca afluencia turística, los domingos o días de fiesta, la treintena de pintores verticales que trabajan en la obra se afanan para aplicar las sesenta toneladas de pintura para tener  la Dama de Hierro a punto.

Es una operación que se lleva a cabo cada siete años y para esta vigésima ocasión  los expertos de Monumentos Históricos de París y el Ministerio de Cultura han decidido recuperar el color que lucía en 1907, el marrón amarillento.

En realidad, su color original fue el rojo veneciano. La 18.000 piezas unidas por 2,5 millones de remaches fueron pintadas en el taller antes de ser montadas, pero, dos años más tarde su creador, Gustave Eiffel, debió de pensar que resultaba demasiado alegre y decidió cambiarla de aspecto cubriéndola con una capa de marrón rojizo que en 1982 cedió el paso a un marrón ocre.

Con ocasión de la Exposición Universal de 1900, la torre Eiffel fue pintada de nuevo con un amarillo degradado. En 1907 fue cubierta con un marrón amarillento que conservó durante casi medio siglo, hasta que en 1954 se optó por un marrón rojizo. Finalmente, catorce años más tarde, se pintó de marrón "torre Eiffel", un color concebido especialmente para la estructura y que ha conservado hasta hoy. En total, el monumento ha lucido siete tonos distintos desde su construcción.

Aunque parezca lo contrario, la torre no está pintada de forma homogénea. Se trata de un efecto óptico. Cuando uno la mira desde la base da la sensación de que el color es uniforme, pero el ingeniero Alexandre Gustave Eiffel quiso que se utilizaran tres tonos, el más oscuro en la base y el más claro en la cima, para dar la sensación de que los 324 metros de la estructura (incluidas las antenas colocadas en la cúspide) se elevan hasta el cielo. 

La torre Eiffel es delicada, sensible a las variaciones de temperatura. Se encoge entre cuatro y ocho centímetros durante el invierno; cuando llega el calor recupera su tamaño original y sufre ligeras inclinaciones cuando le pega fuerte el sol (18 centímetros en 1976). Estos vaivenes, junto a la erosión de la lluvia, el viento y la polución exigen que se pinte regularmente cada siete años para proteger el hierro pudelado (un proceso de refinado del metal utilizado en el siglo XIX)...

Asunción Serna. París. La Voz de Galicia, lunes 27 de septiembre de 2022

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