lunes, 14 de febrero de 2022

Un amor intranquilo

Tres hijos, 10 películas y 27 kilos de más en cuatro años. Leïla Bekhti (Issy-les Moulineaux. Francia, 37 años ) resume su vida reciente rápidamente y riéndose. Sentada en el Hotel María Cristina, en el pasado Festival de San Sebastián, recapitulaba así su presente en una escapada de menos de 24 horas para volver pronto a París, a esa familia numerosa que ha formado con el también actor Tahar Rahim. La power couple del cine francés apenas se muestra en público, pero en esta entrevista la actriz le dedica una sentida declaración  de amor a su pareja. Se conocieron rodando Un profeta (Jacques Audiar. 2009), y esa película disparó la carrera de los dos. Un par de años después, Bekhti ganó el premio César (el Goya Francés) por Todo brilla  y en esta última década ha encadenado un trabajo con otro, de la comedia taquillera al drama íntimo. Vincent Cassel la llama "Robert de Nira" por su versatilidad.

Hija de un taxista y una trabajadora del SEPE francés, inmigrantes argelinos, se crio en la banlieue parisina viendo muy lejos el sueño de ser actriz. Su abuela le enseñó árabe para que se sintiera siempre cerca de sus raíces. "Si sabes de donde vienes, sabes a donde vas", resume Bekhti. Imagen de L'Oréal Paris desde hace una década, en la prensa gala escriben tanto sobre su trabajo y matrimonio como sobre su estrecha amistad con la actriz Adèle Exarchopoulos, a la que llama "mi hermana". Ahora estrena en España Un amor intranquilo (18 de febrero en cines), la historia de una pareja, Leila (Bekhti) y Damien (Bonnard), él es bipolar, ella le cuida. Es la historia de los padres de su director, Joachim Lafosse. Es el retrato de la enfermedad mental y del amor. Del compromiso. Y del sacrificio...

-Creo que le apasionaba el personaje que interpreta en esta película, ¿por qué cree que resonaba tanto con usted?

-Cuando leí el guion lo primero que le dije a Joachim fue que me parecía una gran historia de amor y que necesitaba hablar de esta mujer con coraje, porque me parecía muy feminista querer ocuparse de su marido. Me gustaba la idea de que era una mujer libre e independiente, pero que también quería ocuparse de su familia. Caemos fácilmente en criticar a las mujeres que deciden hacerlo. Una mujer que puede escoger es una mujer libre. Si yo decido mañana dejar de trabajar porque quiero ocuparme de mi marido enfermo es mi elección. La pareja es lo más difícil del mundo, porque es irracional, no hay reglas. Cuando hay momentos de gracia, el amor te da alas. Y yo me siento feliz, da igual comer caviar o patatas pero siempre nos sentamos juntos en la misma mesa. Y eso me enorgullece, mi vida personal me enorgullece mucho, la verdad...

Irene Crespo. Smoda. El País

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