jueves, 24 de febrero de 2022

Nuevos desafíos para Lucky Luke

Mathieu Bonhomme (París, 48 años) no es capaz de recordar la primera vez que vio un álbum  de Lucky Luke, el pistolero más rápido que su sombra creado por Morris en 1946 y luego desarrollado con la colaboración del genial guionista de Astérix, René Gosciny. Pero desenfunda veloz un sueño de su más tierna infancia para concluir que, en el fondo, el vaquero del flequillo siempre estuvo ahí. "Cuando era muy pequeño, soñé que estaba jugando en París, en el parque infantil justo debajo de mi casa de protección oficial, y Lucky Luke vino a verme. Dejé a mis amigos y le invité a subir a mi casa para que conociera a mis padres porque a ellos también les encantaba. Tengo esa imagen fijada en la que Lucky Luke estaba sentado en el sofá de mi casa charlando con la familia", asegura el historietista francés para demostrar que, si alguien estaba llamado a rescribir la historia de ese cowboy solitario, era él. Y lo ha hecho en dos álbumes: en 2016 apareció El hombre que mató a Lucky Luke y el año pasado, Se busca a Lucky Luke, ambos publicados en español por Kraken.

La muerte de Morris en 2001 no enterró a Lucky Luke. El dibujante Achdé y el humorista Laurent Gerra tomaron las riendas respetando el canon de su creador, tanto en el estilo de los chistes como en la línea del dibujo. Con Bonhomme, sin embargo, los tiros no van por ahí. Autor de varias series de estilo realista (Esteban está publicada en español por Norma Editorial), el artista parisino ha estado años planeando la emboscada. "Trabajo desde hace mucho para Dargaud (editorial francesa que tiene los derechos del personaje) y ya llevaba tiempo diciéndoles que tenía muchas ganas de hacer un Lucky Luke. Me parecía que había muchas cosas que se podían hacer con el personaje. Además tenía la sensación de que estaba envejeciendo de una forma que no le correspondía. Cuando murió Goscinny, la serie ya bajó un peldaño, y creo que cuando Morris fue envejeciendo empezó a hacer álbumes cada vez menos buenos, hasta que llegó un momento en el que ya no reconocía a mi cowboy. Lucky Luke se estaba convirtiendo en un tebeo exclusivamente de humor, cuando para mí al principio era también un western auténtico", dispara Bonhomme con vehemencia.

 El 70º aniversario del personaje, en 2016, se convirtió en el particular duelo al sol del creador y el personaje. Ese año lanzó El hombre que mató a Lucky Luke, donde el lector encuentra a un pistolero más maduro, quizá un poco más serio del que recordaba. Pero, como cuando alguien se topa con un viejo amigo al que hace años que no ve, esa sensación de extrañeza pronto se desvanece. "Evidentemente, no tiene el mismo sentido del humor que la obra de Goscinny  y Morris, pero no creo que sea un cómic oscuro. Me he divertido mucho jorobando a Lucky Luke, poniéndole en dificultades, sacando a la luz parte de su humanidad, sus debilidades".

Tanto se divirtió Bonhomme que el año pasado lanzó Se busca a Lucky Luke, donde le arrastra de nuevo por la misma senda polvorienta, cargada de alusiones a los clásicos "Lucky Luke me inició en el wéstern. A fuerza de leerlo y de ver películas del Oeste, me fui haciendo una cultura en ese género. Para mi las más hermosas son las de su edad de oro. John Ford representa cosas que le convenían mucho a Lucky Luke. Tanto del lado  cowboy y aventura como en el aspecto humano. A mí siempre me ha parecido muy humano y atractivo, aunque pueda parecer relativamente parco a la hora de mostrar sus sentimientos. Lucky Luke es una especie de Gary Cooper o de Clint Eastwood del cómic. Tenía de ganas de comprobar si yo era capaz de hacerle expresar todo eso"....

Aitor Marín. Madrid

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