sábado, 17 de agosto de 2024

Céline Dion se supera a sí misma y hace historia en París

Céline Dion

Impactante, maravillosa, increíble, emocionante, deslumbrante, portentosa... Son innumerables los adjetivos que provocó la reaparición de Céline Dion para poner el broche final a la jornada de la inauguración de los Juegos Olímpicos de París. Y lo fue todavía más porque hacía cuatro años que la la artista no cantaba en público, desde que le fue diagnosticada la enfermedad del síndrome de la persona rígida (SPR). Los espectadores sabían de su sufrimiento terrible.porque la cantante  lo acaba de contar en el documental de Prime Video Yo soy Céline Dion (I'am Céline Dion), donde se la ve en una camilla sin poder moverse, con l´grimas en los ojos  y sin poder hablar ni girar ninguna parte de su cuerpo. Esa rigidez de los músculos le había afectado de tal manera a la voz que su desesperanza era total. "¡Yo era buenísima!", llega a decir en un momento del documental.

Pero Céline no se ha rendido y, en una lucha terrible consigo misma, al límite de sus fuerzas, no se ha dado por vencida y el viernes volvió a coger el micrófono en el primer piso de la torre Eiffel para cantar ni nada más ni nada menos que el Hymne à l'amour de Edith Piaf.

Cuando los ojos del mundo entero estaban aún puestos en el deslumbrante pebetero, en el globo que se alzaba por el cielo de París, otro cielo salió de la boca de una figura que emergió por sorpresa desde la torre: "Le ciel bleu sur nous peut s'effondrer /Et la Terre peut bien s'écrouler/ Peu m'importe si tu m'aimes/ Je me fous du monde entier". Y entonces se oyó en todo el planeta un "¡oohh!" tan grande como la estrella que apareció, vestida totalmente de color plateado, de la estructura de hierro. "¡Es Céline!", "¡Es Céline Dion!", se oyó en todas las casas que estaban pegadas a la televisión y que sabían que no era una interpretación más.

Ahí estaba ella, impecable, dando una lección de entereza y superación a todo el mundo. Sobria, con un piano al lado, cantando en francés, su lengua materna, para cambiar la historia de un tema que ya nunca sonará igual. Porque si, si Edith Piaf lo ha hecho eterno, Céline Dion lo ha convertido  en el himno de la emoción. Nadie, absolutamente nadie, pudo contenerse ante su brillantísima actuación. Con una potente voz, equilibrada en cada nota, desbordante. Céline Dion nos dejó con la boca abierta. Estábamos con ella. Todos sabíamos lo que suponía para esta mujer, proveniente de una familia humilde y numerosa, volver a la vida. Sabíamos de su sufrimiento y todos quisimos acompañarla en ese sueño que en París se cumplió. (...)

Su reaparición para la gran inauguración de París 2024 era un fuerte rumor desde hacía meses, y la llegada de la propia cantante a la capital francesa esta semana había dado esperanzas de su retorno triunfal en el Sena. Poe so lo que sucedió el viernes por la noche en París ha tenido tanta repercusión . Porque, en el primer minuto que la gente la oyó cantar, el mundo se paró. El himno al amor de Céline Dion ha hecho historia.

Martín Bastos. La Voz de Galicia, domingo 28 de julio de 2024. 

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