Hemos llegado aquí por causas innumerables: desindustrialización, globalización, retroceso de los servicios públicos en las provincias, machaque informativo de los medios conservadores, aumento de las desigualdades, inflación, terrorismo... Pero la sordera, la ceguera, el desprecio, el autoritarismo del poder es determinante. Entre los representantes de las clases trabajadoras, lo que ha sucedido es que el Partido Socialista acabó con el Partido Comunista en los 80. Luego la socialdemocracia se alejó de las clases trabajadoras de las provincias. Fue un giro masivo hacia la derecha.
¿La extrema derecha de Agrupación Nacional de Le Pen puede considerarse de Vichy? Pues sí y no. Viene de ahí y comparte muchos de su valores y diagnósticos. Pero eso no es suficiente para establecer la asociación. Hay que tener en cuenta que Francia también está afectada por el movimiento reaccionario y antiliberal que se manifiesta en todas las democracias occidentales. Aquí también vivimos tensiones culturales reales, exacerbadas por ciertos medio de comunicación, explotadas por algunos partidos, reforzadas por noticias recientes que claramente facilitan la tarea de la extrema derecha.
Por otro lado, el antielitismo es muy fuerte y en parte está justificado. El desprecio de las clases favorecidas de la sociedad por las ideas, estilos de vida, hábitos e intereses de los menos favorecidos me parece bastante obvio.
Mathieu (Épinal, 1978) ganó el Goncourt en 2018 con su segunda novela, Sus hijos después de ellos, publicada en España por ADN que también ha editado Connemara.
El Cultural, 5-7-2024
Florence Noiville: "El mestizaje es el fantasma de la unidad nacional"
¿A quién responsabilizar de que la Asamblea Nacional pueda caer en manos de la extrema derecha? Mi respuesta es objetiva: a Emmanuel Macron, responsable él solito de haber disuelto la cámara y de lanzar la campaña más corta de la historia en un momento así. Es lo que podemos llamar un coup de théâtre! Por cierto, la gran dama del teatro Arianne Mnouchkine publicó en Libération un bello artículo después de la disolución preguntándose qué no hicimos o qué hicimos que no deberíamos haber hecho para llegar aquí. Fue muy crítica consigo misma y sus compañeros. "Hemos defraudado a la gente por la falta de imaginación", decía. La conclusión es que ha habido un sector de la cultura ensimismado que ha ignorado los problemas sociales.
Estoy convencida de que si Agrupación Nacional gana y se hace con los resortes del poder, la literatura desempeñará un papel importante, como ocurre en cualquier periodo oscuro. Un gobierno autoritario no puede tener el control total de la literatura, ni siquiera cuando grandes capitalistas, próximos a Agrupación Nacional, tomen el poder de las principales editoriales. Recuerdo, por ejemplo, a Carlos Liscano, el escritor uruguayo encarcelado que escribía sus obras en papelitos pegados dentro de una guitarra que había conseguido sacar de la cárcel.
La palabra "cultura", por cierto, no aparece ni una sola vez en su programa. Aparece "patrimonio", que es francés, nacional. Nada de mestizaje, que es el fantasma de la unidad nacional.
Florence Noiville (París, 1961) es periodista, divulgadora literaria en televisión y escritora. En España acaba de publicar Milan Kundera. Un retrato íntimo (Tusquets).
El Cultural, 5-7-2024
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