sábado, 22 de marzo de 2025

El teatro en la 'banlieue' más pobre de París

Ensayo en el Théâtre de la Poudrerie. (Imagen: Jean-Michel Sicot)

No hay telón ni escenario. Tampoco butacas ni billete de entrada. Solo sillas  colocadas a un lado y otro del salón, reacomodado para dar espacio a los actores. Las representaciones  se parecen a las de cualquier teatro. Pero aquí, en Sevran, una localidad del extrarradio de París, están basadas en sus habitantes. En su imaginario poético. En su relación con el territorio, sus problemáticas, sus miedos y sus deseos. Las obras, gratuitas, se presentan en sus domicilios. Tanto en las grandes torres habitacionales  que suelen caracterizar a la banlieue como en las pequeñas casas que también conforman  estas zonas periféricas. Espacios complejos donde, al igual que en el resto del mundo, no siempre es fácil entablar diálogo y debatir. Algo que el Théâtre de la Poudrerie (Teatro de la Pólvora) busca invertir.

Sevran se encuentra en Seine-Saint Denis, el departamento más pobre de Francia y el que más población inmigrante y de origen extranjero tiene. A la localidad, de 55.000 habitantes, se llega con el RER B, la línea de cercanías que conecta el centro de París con los barrios periféricos del norte. La ciudad, con una tasa de pobreza superior al 30% no tiene teatro. Sus habitantes tampoco suelen acudir a espectáculos. Pero desde 2011, un proyecto le ha dado la vuelta a esta situación. Si la población no va al teatro, el teatro va a ellos. Un teatro de los habitantes para los habitantes. Lo que Valérie Suner, la creadora de la Poudrerie, llama "el teatro de la "socialidad".

Gilles y Catherine Kujawski, dos jubilados que viven en Sevran desde hace décadas, han decidido acoger una función en su casa. No es la primera vez que lo hacen. El tamaño de la vivienda no importa: solo deben ser los anfitriones de la noche  e invitar a sus vecinos. Los actores llegan unas horas antes. También la directora y un técnico, que instala los equipos de sonido mientras los comediantes, ya vestidos, realizan un calentamiento vocal. Todo está instalado. Una decena de sillas han sido colocadas en media luna frente a una mesa y una gran rama que representa un árbol. "Ya llegó el primero", grita Gilles, mientras se dirige a la puerta. La obra a la que asistirán hoy se llama Avec les pieds (Con los pies, en francés) y trata de una familia a la que le crece un árbol en pleno salón. La pieza dirigida por Jeanne Desoubeaux, reflexiona sobre la curiosidad, el apego y el cambio. Para escribirla, su autora Nicole Genovese, recorrió las calles de Sevran con un cuestionario. El objetivo era sondear el espíritu poético de los habitantes y el resultado se ha integrado en la creación. Durante el espectáculo, vecinos y actores están a menos de dos metros. A veces hay silencio, otras, risas.

Los habitantes de la zona  están en todas las obras de la Poudrerie. El teatro, así, participa en los debates sociales y permite que surjan de otra manera. Las temáticas son múltiples, pero siempre vinculadas al territorio. Abordan cuestiones como la prostitución de menores, la presencia de las armas, el racismo o el privilegio blanco. También las revueltas como las de los chalecos amarillos que inundaron Francia en 2018 o los disturbios que sacudieron las banlieues -incluida Sevran- a finales de junio de 2.023 y en octubre de 2005. Para una de las piezas, los creadores entrevistaron a jóvenes que participaron  en estos movimientos desencadenados por la muerte de adolescentes que huían de la policía, Zyed Benna y  Bouna Traoré en 2005, y Nahel Merzouk en 2023.

El objetivo es intentar entrar en diálogo e intercambiar ideas y transformarnos. No seguir cada uno por su lado, divididos, separados...

Es uno de los aspectos que más le gustan a Eric Ceprani, de 55 años. Es uno de los vecinos invitados por Gilles y Catherine Kujawski. "Para mí, lo más interesante viene después". explica. "Es el hecho de poder hablar con todos, de poder intercambiar opiniones con los actores", señala. Vive en Sevran  desde finales de los años ochenta y también ha acogido una obra en su casa.  Antes, asegura, tenía prejuicios contra el teatro, que veía como algo "anticuado". Pero el que se hace en la zona, insiste, es diferente. El proyecto busca que el teatro sea accesible a todos. Busca romper las barreras culturales entre cierta élite y los barrios más populares...

Sara González. Sevran. El País, martes 11 de marzo de 2025.

No hay comentarios:

Publicar un comentario