La carrera científica de Yvonne Choquet-Bruhat despegó rápidamente. El núcleo de su tesis doctoral dio lugar al resultado más importante de su carrera: un artículo fundacional publicado en Acta Mathematica donde establece el carácter hiperbólico de lasa ecuaciones de Einstein de la relatividad general. Así estas ecuaciones no se limitan a proporcionar una interpretación de la gravedad generada por una masa en términos de la curvatura del espacio-tiempo, sino que son un modelo efectivo para calcular la evolución de dicho espacio-tiempo en función de la densidad de materia.
Hoy este marco analítico se usa cotidianamente para explorar objetos cosmológicos mediante simulaciones numéricas -usando ordenadores-. Estas técnicas de relatividad numérica han sido esenciales para el descubrimiento experimental de las ondas gravitacionales, un hito en cosmología por el que los fundadores de la colaboración científica LIGO fueron reconocidos en 2017 con el premio Nobel de Física.
A lo largo de su extensísima carrera publicó más de 300 artículos sobre diversos aspectos de las ecuaciones diferenciales y su relación con diversas teorías físicas. Entre sus contribuciones más destacadas se encuentra la introducción , junto con el físico Robert Geroch, del concepto de desarrollo maximal de Cauchy, una noción de unicidad para las ecuaciones de Einstein que refleja el principio de covarianza general en que se basa la relatividad, y que formaliza la idea de que las leyes de la física deben ser las mismas para cualquier observador.
Choquet-Bruhat tuvo que superar que sus colegas masculinos nunca experimentaron. Y, en gran medida, es gracias a pioneras como ella que muchas de estas barreras han ido desapareciendo. En 1979, fue la primera mujer elegida miembro de la Academia de Ciencias de Francia, un merecido reconocimiento que había sido negado anteriormente a científicas como Marie Curie (Premio Nobel de Física en 1903 y de Química en 1911) e Irène Joliot-Curie (Premio Nobel de Química en 1935), por razones que hoy resultan difíciles de comprender.
Alberto Enciso. El País, sábado 22 de febrero.
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