jueves, 4 de enero de 2018

Una traducción revaloriza el "El conde de Montecristo"

Castillo de If, prisión del Conde de Montecristo
Edmond Dantès se pasó 13 años en una prisión del castillo de If, condenado por un delito que no cometió y engañado por quienes se consideraban sus amigos. Y más de un siglo estuvo El Conde de Montecristo, la novela en la que este personaje desarrolla sus aventuras, escrita por Alejandro Dumas en 1844, condenada al ostracismo del folletín. No entró en la famosa Pléiade hasta los años sesenta del siglo XX y no tuvo su primera edición en esta colección hasta 1981. Tampoco le ayudaron las reediciones, ya que la primera realmente completa y que más se atiene al original fue realizada por el especialista en Dumas Claude Schopp en 1993. La traducción italiana rigurosa no llegaría hasta 2014, elaborada por Margarita Botto. Y la española acaba de ver la luz de la mano del traductor José Ramón Monreal y la editorial Navona. Demasiado tiempo para una de las novelas más universales del canon occidental. Esta nueva traducción al castellano, que parte del texto fijado por Schopp, fue precisamente un reto que Pere Sureda, editor de Navona le propuso a Monreal. El editor la había leído en su juventud y cuando la retomó ya de adulto observó multitud de defectos en las ediciones que ya existían en castellano. "Es la mejor novela de Dumas, pero me dí cuenta que había cuestiones de constricción, repeticiones y traducciones demasiados literales a la época", comenta Sureda. Monreal tomó el testigo y se puso a investigar las mejores fuentes para eliminar "lapsus propios de una literatura de urgencia semanal, que raramente era revisada por el autor y que acumulaba un desaliño inevitable en una producción de tipo industrial", afirma..."Quería sacarlo del purgatorio de la literatura popular para situarlo en el de la gran literatura, como ocurrió en su día con Simenon"... El conde de Montecristo es una novela monumental. Abarca el período del bonapartismo y los reinados de Luis XVIII, Carlos X, y Luis Felipe I de Francia. Refleja con meticulosidad el sistema financiero, político y social de la Francia de aquella época... Hay, como dice Sureda,"una radiografía sobre el carácter del ser humano: la generosidad, la venganza, la razón, la ética y las confidencias, además de un mensaje contra la maldad. Nos lleva a mirarnos como seres humanos desnudos, porque no somos ni buenos ni malos". Por este motivo, hasta Gabriel García Márquez reconoció que esta hubiera sido la novela que le hubiera gustado escribir...
Paula Corroto. Madrid. El País, domingo 24 de diciembre de 2017

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