viernes, 30 de marzo de 2018

La armonía de un cuarteto y su intrincada convivencia

4 de Daniel Kutschinski 
En su primera actuación en el Auditorio Nacional de Madrid, en octubre de 2010, El cuarteto Ébène tocó obras de Haydn, Beethoven y Schubert (el famoso cuarteto La muerte y la doncella ). Hasta ahí, todo normal. Sin embargo, al final del concierto, como los aplausos arreciaban, hicieron algo inusual: sus cuatro miembros cantaron en francés, a capela, Some Day  my Prince Will Come, la clásica canción de Blan-canieves de Walt Disney. Y acabaron improvisando instrumentalmente sobre la melodía de Frank Churchill con inequívocos dejos jazzísticos. Dejaron claro que no eran un cuarteto al uso, y siguen sin serlo.
El realizador alemán Daniel Kutschinski filmó al grupo durante una gira por Italia (Perugia, Bolzano, Siena, Florencia) y el resultado es 4, que recibió el premio al mejor documental del Festival de Los Ángeles en 2015 y se estrena hoy en España, en Cineteca Madrid. Su propuesta no tiene nada que ver con el enfoque mucho más hagiográfico adoptado por Allan Miller en High Fidelity (1989) sobre el cuarteto Guarneri....A Kutschinski no le interesa la perfección que es capaz de lograr el cuarteto, sino sus inseguridades; rehuye sus certidumbres para concentrarse en sus dudas, que quedan de manifiesto en las diversas ráfagas intercaladas de la clase en que Eberhard Feltz les enseña a comprender y habitar el Cuarteto número 4 de Bartók; quiere reflejar no tanto la armonía que se sobrentiende entre sus miembros, sino sus brotes de discrepancia, y son muy significativas en este sentido las desavenencias entre ellos a fin de adoptar un tempo del agrado de todos en el arranque del Cuarteto K 465 (conocido como De las disonancias) de Mozart, casi el hilo conductor en el tramo conclusivo del documental. El acuerdo parece imposible, pero a renglón seguido oímos una maravillosa interpretación de la introducción  (última escena) y el comienzo del Allegro (títulos de crédito) cuya fuerza se ve redoblada justamente por las disensiones de que acabamos de ser testigos y porque Kutschinski, como hace con enorme astucia en otros momentos, opera un expresivo y eficacísimo divorcio entre lo que se ve y lo que se oye...
En 4 los vemos ensayar, comer, viajar, dormir, beber, practicar sus rituales previos y posteriores al concierto, discutir, cantar, criticarse, bromear, autoflagelarse, mostrar aquello que nunca se vió en un escenario. Daniel Kutschinski ha conseguido ser veraz en un ámbito proclive a la mitificación, la falsedad y la lisonja. Y hasta el Domingo de Pascua la Cineteca ha programado cinco pases más de este insólito y extraordinario documental. Pierre Colombet, Gabriel Le Magadure, Mathieu Herzog, Y Raphaël Merlin  tienen nombres angélicos y apostólicos, pero no son ningunos santos sino tan reales, neuróticos y faibles como nosotros.
Luis Gago. Madrid. El País, jueves 29 de marzo de 2018

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