sábado, 17 de marzo de 2018

Lección de turismo slow en Bretaña

Rennes
La región más occidental del país vecino ha sido diseñada para ser recorrida tran-quilamente por carreteras secundarias y empacharse de naturaleza. Sin renunciar, eso sí, a las anécdotas, leyendas e historias de pueblos con encanto como Rennes, Saint-Malo o Dinan...Nada más llegar salta a la vista un auténtico festín verde. Bretaña es una región para recorrer por carreteras secundarias, para perderse por sinuosos caminos en mitad de bosques, inmensos, para empacharse de naturaleza sin renunciar ni un ápice a la comodidad. Un plan detox para cuerpo y alma que arranca en un templo bio, el hotel spa La Grée des Landes, un rincón campestre que materializó el sueño del gran gurú francés de la cosmética responsable, Yves Rocher....Pero rindámonos al bosque bretón, cuna de mitos y leyendas. Recorramos la frondosidad selvática de Brocelianda, hacia el norte. Y hagámoslo desde nuestro yo más infantil, ése que no ha dejado de creer en las hadas, en los magos, en las princesas y en los caballeros. ¿Les suena Merlín? Su tumba se encuentra en un claro, a apenas dos kilómetros del Centro del  Imaginario Artúrico, una asociación entregada al estudio y difusión de aquellas leyendas medievales que sobreviven hoy en novelas, películas y relatos que pasan de padres a hijos. No en vano Tolkien encontró en Brocelianda una buena fuente de inspiración para sus relatos...Bretaña es naturaleza en estado puro, sí, pero también es historia bien conservada entre paredes de piedra, en calles serpenteantes resguardadas por fortalezas.
Próxima parada: Rennes. Paloma Domínguez es española; granadina, para más detalle. Sin embargo, verla caminar por entre los apetitosos puestos del Marché des Lices, conversar con los productores que venden su cosecha directamente allí, en el centro del casco histórico, es ver a una bretona de pro enamorada de su tierra. "Sí, aquí se vive fenomenal", confirma.A nuestro alrededor se mezclan los aromas dulzones de la bollería, el frescor de una verdura colorida y recién salida del huerto y los inevitables quesos. Sin embargo "Bretaña no es tierra de lácteos, sino de salchichas", advierte la granadina afrancesada. Salchichas y sidra, la combinación perfecta para el aperitivo ha tomado la forma de una especie de perrito caliente en el que el pan es una crêpe. Más francés imposible. Tanta pasión sienten los vecinos por su galette saucisse, que la han convertido en himno de su equipo de fútbol.  Rebuscamos entre los puestos a la estrella del mercado, la gallina coucou, una raza autóctona que solo sobrevive en el Ecomuseo de Rennes. Su carne es más prieta y sabrosa y su plumaje le da un aspecto de un cuco. De ahí el nombre...
Sara Polo. El Mundo. Viajes, 30 de enero de 2018

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