
Hijo de un albañil de Poitiers, en su juventud pensó en dedicarse a Dios, pero pronto mudó esa idea por los fogones. Uno de los secretos de su éxito: conjugar los locales de tapas españolas con los bares de sushi japonés para fundar L'Atelier, un modelo de restaurante que exportó por todo el mundo. Eso le valió a principios de la década de los noventa el honor de resultar nombrado Chef del Siglo. Y aunque era un enamorado de España, nunca trajo aquí su L'Atelier. A su juicio este país tenía "restaurantes excepcionales"...
El chef español Rodrigo de la Calle no tiene más que palabras de halago para este maestro. Dice que el cocinero fue "un visionario toda su vida: el primero en hacer que se pudiera comer en la barra de un tres estrellas Michelin, el primero en llevar a un restaurante de esa categoría un menú vegetal y otro sin lactosa". Además, añade, "fue el primero en reconocer que la cocina francesa se había quedado atrás, en una pomposidad que no evolucionaba. La aligeró y la adaptó a su tiempo, manteniéndola en la élite de la gastronomía mundial. Es un referente como cocinero y como empresario, porque nadie ha conseguido mantener 21 establecimientos con 38 estrellas".
Carmo López. La Voz de Galicia, martes 7 de agosto de 2018
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