martes, 21 de agosto de 2018

Porquerolles, la Isla del Tesoro, 2

Obra de Jacob Hashimoto en la fundación Carmignac

 de Jacob Hashimoto

Édouard Carmignac ha puesto en pie, en Porquerolles, una imponente colección de arte, aunque él desdeña esa palabra: "No estoy interesado en la idea de poseer una colección", asegura. "Para mí estas obras de arte son más bien como escamas de mi piel colgadas en las paredes. Son huellas de mis experiencias, de mis pensamientos, de mis emociones..." Las escamas de Carmignac son especialmente ricas en pintura americana de entre los 60 y los 80, e incluyen obras de Andy Warhol, de Roy Lichtenstein, de Mark Rothko o de Jean Michel Basquiat. Pero también se nutren de obras de arte contemporáneo realizadas por artistas de la talla de Gerhard Richter, Willem de Kooning, Martial Raysse, Miquel Barceló, Ed Ruscha... Hasta ahora esas obras de arte, que ascienden en total a 300 piezas, se podían contemplar únicamente en las oficinas de Carmignac Gestion. Pero desde el pasado 2 de junio forman parte del paisaje de Porquerolles. Carmignac se enamoró hace ya varios años de esta idílica isla francesa. Y en concreto , se quedó prendado de una vieja granja provenzal  situada en medio del tupido parque natural de Porquerolles y que aparece por cierto en la película de Jean-Luc Godard Pierrot le fou. Habló con los propietarios de la finca y les dijo que si algún día se animaban a venderla se lo hicieran saber. Y un día llegó esa llamada. Carmignac firmó un cheque y se convirtió así en propietario de esa casa y de las 15 hectáreas de terrenos adyacentes. La granja fue exquisitamente remodelada durante tres años para convertirse en un museo con 2000 metros cuadrados expositivos en los que mostrar al público los ricos fondos de la colección Carmignac. Desde fuera esta vieja morada provenzal mantiene intacto su aspecto y su esencia pero dentro ha sido transformada en un museo de grandes espacios diáfanos repletos de luz natural. Una de las salas, por ejemplo, cuenta con un alucinante techo de agua a través del cual se filtran suavemente los rayos del sol. Y el jardín se ha convertido en un museo al aire libre poblado de esculturas realizadas ad hoc para este lugar...
Irene Hdez Velasco. El Mundo, domingo 12 de agosto de 2018

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