Fotograma del film Rodin de J. Doillon |
El cineasta captura la vida del artista en los 10 años que separan dos encargos oficiales, el de las Puertas del Infierno -el conjunto que iba a servir de umbral al nonato Museo de Artes Decorativas de París- y el de su polémica escultura de Balzac. El período también acogió el esplendor y la desintegración de su convulsa historia de amor con Camille Claudel, figura que se convierte en incómodo fuera de campo en la segunda mitad de un relato que se centra en los tormentos subjetivos del genio y su pulso con el gusto establecido.
Vincent Lindon encarna al artista como gigante ensimismado, en perpetua insatisfacción con un poder económico incapaz de descifrar el alcance de su revolución estética. El guión de Doillon, incorpora con cierta armonía el pensamiento artístico del escultor en el curso de este relato épico, con amour fou al fondo, sobre la solitaria forja de una nueva sensibilidad artística que, pese a su insuficiencias, no merecía tal abucheo.
J.C. El País, viernes 24 de agosto de 2018
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