Stephen Jones. © D.R. |
El sombrerero se lleva las manos a la cabeza. Es un gesto jocosa que da a entender que está a cubierto, y por partida doble: inevitablemente bajo techo (el de su casa de Londres) y coquetamente tocado (por un boina de mórbida y brillante piel negra). De tanto hablar de comodidad y funcionalidad en los últimos meses, se nos estaban olvidando las formas. Que sí, entre chandales, mallas y pijamas, el confinamiento habrá terminado de dinamitar las reglas de la etiqueta laboral y social, pero lo remoto y aislado no quita lo elegante. O no debería. "Es una experiencia interesante esta de encontrarnos y observarnos los unos a los otros a través de una pantalla. No puedo ver tus zapatos pero sí lo que hay de la línea del cuello hacia arriba. Lo que eliges y muestras para comunicarte es muy importante", dice vía Zoom. Y repite el ademán ladeando el vistoso complemento. "Para contar una historia ponte un sombrero".
La vestimenta como herramienta de comunicación es una idea que Stephen Jones (Cheshire, Reino Unido,1957) tiene bien metida en su prodigiosa cabeza. Además, en calidad de sombrerero mayor del reino, ha contribuido como pocos a su propagación desde hace ya cuatro décadas. "El poder de transformación de la indumentaria resulta innegable, pero cuando se trata de sombreros es aún más fantástico. Porque no te muestran como eres en realidad, sino como quieres que te vean los demás. Por eso siempre me ha fascinado hasta el punto de dejar mis estudios de moda femenina (en Central Saint Martins, cantera de diseñadores británica donde las haya) por ellos", explica el creador, director artístico de la división de sombrerería de Dior desde 1996. "No hay mejor forma de expresar tu personalidad", escribe a propósito en el prefacio de Dior Hats. From Christhian Dior to Stephan Jones, el exquisito libro de sobremesa (editado por Rizzoli) que ha concebido en homenaje a los 70 años de excelencia sombrerera de la firma francesa. Una celebración de la quintaesencia de la elegancia que muestra el legado de la casa al completo, de las piezas que coronaron las 22 colecciones de su fundador, entre 1947 y 1957, a las más recientes bajo la supervisión de María Grazia Chiuri, pasando por los turbantes de la breve era de Yves Saint-Laurent, los buqués florales de Marc Bohan, los volúmenes brutales de Gianfranco Ferré, las extravagancias de John Galliano y la poética de Raf Simons. Además de las imágenes de archivo históricas, el fotógrafo Solve Sundsbo se ha encargado de retratar los modelos más emblemáticos, poniéndolos en perspectiva actual. La exposición a la que iba pareja su publicación, Chapeaux Dior!, comisariada por la historiadora del vestir Florence Müller para el Museo Christian Dior de Granville (Normandía), ha tenido que posponerse debido a la pandemia de la covid-19...
Rafa Rodríguez. El País Semanal, 26 de julio de 2020
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