Pero basta de viajes y exotismo y
volvamos a París con toda su singularidad. Y para eso, nada mejor que ir hacia
la calle de las Termópilas (Rue des Thermopyles) adornada de rosas y luces
increíbles. No muy lejos se encuentra el Square Montsouris, que también es un
pequeño rincón campestre al igual que La Campagne à Paris, y el Square des
Peupliers que se ubican en el distrito 13.
En éste mismo distrito, podemos seguir el viaje, pero esta vez a Francia y más
precisamente a Alsacia, visitando un barrio cuyo nombre muy evocador es La
pequeña Alsacia. Para penetrar en algunas zonas residenciales protegidas,
tendrán que pedirles a algunos habitantes que les abran. Pero me fío de su
cortesía española para engatusar a estos parisinos
« alsacianos ».
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Calle Crémieux |
En el distrito doce, no muy lejos de la Place de la
Bastille, uno de los símbolos de París, encontrarán la calle Crémieux que
cuenta con las casas más coloristas de la ciudad. Sin embargo, les aconsejo que
añadan a su bici un escudo anti-instagramers que por desgracia están invadiendo
esta calle lleno de encanto.
Pasando por el cementerio del Père Lachaise, volvamos al campo yendo hacia La
cité Durmar y la cité du Figuier que están muy cerca la una a la otra. Una vez
en estos pequeños callejones sin salida, se penetra en otro mundo. El tumulto
de la ciudad parece desaparecer en un instante. Tendrán la sensación de estar
solos en el mundo con algunos gatos perdidos a modo de compañeros. Todavía no
se ha inventado la máquina del tiempo y sin embargo, es como si el tiempo se
hubiera detenido hace más de 150 años. ¡Hasta podrán encontrar una palmera!
Pero se han olvidado, ¡mis queridos ciclistas
profesionales en ciernes!, que París es un lugar lleno de historia. Así que vamos
a cultivarnos. En vez de hacer cola durante horas y horas delante de Notre-Dame
de Paris, vamos a ir al oeste de París, en el distrito ocho en el que se
encuentra la Capilla Expiatoria. Uno de los monumentos más desconocidos de
París. Fue en este lugar exacto donde estuvieron inhumados los cuerpos
descabezados y mutilados de Luis XVI y Marie-Antoinette en 1793. La capilla
contiene muchos tesoros entre los cuales unas bóvedas de gran belleza. Pero el
clímax de la visita es sin duda la cripta ubicada en el sótano.
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La Gran Mezquita de Paris |
Puesto que estamos con visitas culturales, una obligatoria es la Gran Mezquita
de París cuyo interior nos hace olvidar que estamos en la trigésima sexta
ciudad más grande del mundo. Este monumento espectacular está ubicado en el
distrito cinco.
Entremos ahora en el distrito cuatro y más
precisamente en la calle François Miron. Aquí, la máquina de tiempo vuelve a
hacer su obra. Mientras que muchas calles de la capital fueron objeto de
profundas modificaciones bajo las renovaciones de Hausmann, esta calle
consiguió conservar su autenticidad y su encanto típico de la Edad Media.
Prueba de ello, un par de casas con fachada de entramado de madera que permiten
imaginar más fácilmente la cuestión de la vivienda en aquella época.
Por cierto, si les interesa la historia de París, vayan a visitar el Museo
Carnavalet en el distrito tres, que fue renovado hace poco y que permite
aprender muchas cosas sobre esta ciudad.
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Passage de L'Ancre |
Nuestro paseo ciclístico se va terminando. Entramos
ahora en los distritos tres y dos. No se preocupen, va a ser rápido ya que en
esta parte de París, lo más interesante si quieren apartarse del camino
trillado son los famosos pasajes cubiertos de París. Allí, tienen un montón
como el Pasaje de la Ancla (Passage de l’Ancre) especializado en renovación de
paraguas (que en París los necesitarán), del Gran Ciervo (du Grand Cerf), Verdeau
y Jouffroy (ambos en el distrito nueve), de los Panoramas o también la Galería
Vivienne.
Por fin, acabamos con el distrito más central de
París. Ahí tendrán que utilizar sus sentidos. Primero con el 59 Rivoli (ubicado
muy lógicamente calle Rivoli, 59). Este edificio que era, en su origen, una
propiedad invadida por artistas, es hoy en día una residencia de seis plantas
donde conviven exposiciones y talleres de artistas de todo género (street art,
pintura, escultura). Un auténtico centro de creación para los visitantes y
turistas que apoyan el arte y la creación de los talentos principiantes y
emergentes. Además, es gratis la entrada. Entonces, ¿por qué esperar?
Luego, y porque creo que se lo han merecido, podrán
probar los cócteles del Duc des Lombards mientras escuchan los grupos de Jazz
que van uno tras otro en un ambiente más que acogedor.
Así finaliza nuestra vuelta de París. Pueden quitarse
el casco y bajar de la bici. Lo han visto, nuestro paseo no tiene nada que
envidiarle al Tour de Francia. No nos movimos más allá de la capital pero aún
así viajamos a Londres, a Japón, a Italia, a la Nueva Orleans, al campo, a
Alsacia pero también viajamos en el tiempo, al siglo XVIII o a la Edad Media. Porque éste es el verdadero
París. Una mezcla perfecta de todos los países del mundo, de todas las regiones
de Francia y de todas las épocas contemporáneas combinados con la arquitectura
de Hausmann y los monumentos más emblemáticos de la capital.
París tiene muchos defectos y llevo varios meses, y
hasta años, anotándolos. No obstante, no le podemos negar a la capital francesa
esta diversidad increíble y poco comparable en el mundo.
Espero que les haya gustado este paseo ciclista. Tengo un último consejo antes
de dejarles refrescarse después de tanto esfuerzo: la próxima vez que vengan a
París, no olviden visitar esta parte secreta de la ciudad y mejor aún en bici,
y esta vez, en la vida real. "
Jordan Bequin. Rosny-sous-Bois, 6 de marzo de 2022
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