A veces, la historia puede resumirse en una sola frase, la de Goethe, que, aunque perturbada, llega a la actualidad, cobijando a una cultura entera: "Europa nació en la peregrinación y la cristiandad es su idioma materno". A veces, esa misma historia puede cartografiarse a través de una sola palabra: pegada.
"La pegada es la marca que dejan los pies de los caminantes en el suelo", como los miles de peregrinos que con su recorrido fueron haciendo el Camino, los caminos. Darío Villanueva, comisario de la exposición, habla pausadamente, pero el concepto metonimia se escucha por encima de una cuidada selección musical: pisada es también en algunos países de Hispanoamérica, el camino en sí mismo.
Arranca así un recorrido por la historia y la cultura europeas compuesto por doscientas piezas, que cartografían el fenómeno jacobeo a través de cinco acepciones distintas de un mismo concepto. Puede ser por eso, As pegadas do Camiño/La pisadas del Camino, que viaja desde la Biblioteca Nacional a Compostela tras ser visitada por más de 19.000 personas, incorpora en la Ciudad de la Cultura cuatro mapas, parte de la colección privada de Jaime Terceiro Lomba.
"Desde los comienzos de la cartografía , y sobre todo apoyada por la imprenta, hay muchos mapas en los que está presente Santiago como final del Camino, e incluso también Finesterra", explica Villanueva, coordinador de una exposición con un comité científico compuesto por Paolo Caucci, Carmen Manso, Juan Monterroso y José Luis Barreiro Rivas. Así que de las paredes cuelgan muchos modos de llegar a Santiago, mapas singulares como el de Justus Danckerts, que bien podría ser algo así como el Google Maps del siglo XVII: un mapa de distancias en el que la única ciudad española es Santiago de Compostela. O la Tabula moderna y nueva Hispanie, de 1513, el primer mapa impreso en el que aparece el Camino al cruzar los Pirineos y que podría considerarse una cartografía de los albergues: una secuencia de puntos, unidos a las poblaciones por donde pasaba, va trazando un recorrido desde Pamplona hasta Santiago.
Pegada es camino, pero también rastro, o señal que deja algo o alguien. También el fenómeno jacobeo y el Camino dejan vestigios, expresiones artística de todo tipo, como la imagen de Santiago peregrino de Murillo o la de Julián Romero y su santo patrono, atribuida a un discípulo del Greco, ambas cedidas por el Museo del Prado y que se suman, por ejemplo, a la exposición de los instrumentos del Pórtico de la Gloria, de una copia manuscrita de las Cantigas de Santa María de Alfonso X y a la exposición, por vez primera, del original del guión que Ramón Otero Pedrayo escribió por encargo del vigués Cesáreo González, productor de Suevia films, para una película sobre el Camino de Santiago que nunca llegaría a ser rodada...
Indicio, mención, alusión son otras de las acepciones de pegada. Y Galicia, Santiago, el fenómeno jacobeo y la peregrinación aparecen nombrados en docenas de documentos, apilados ahora en esta exposición y que incluyen por ejemplo, menciones de Shakespeare, Dante o Erasmo de Rotterdam (...)
Pegada también es, finalmente, impresión profunda y duradera en una persona, como la que el fenómeno jacobeo ha dejado y que se puede ver a través de sellos, carteles, programas de fiestas, y relatos y diarios, escritos logísticos y cotidianos que pisada a pisada fueron haciendo camino.
Tamara Montero. Santiago. La voz de Galicia, sábado 12 de marzo de 2022
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