Colección Artycapucines |
Amélie Bertrand. Objeto escultural. Las puestas de sol de su infancia en Cannes, donde nació, inspiran los colores de sus pinturas con un irremediable aire psicodélico. En su interpretación de Artycapucines, lo plasma todo con materiales luminiscentes, que dan vida al primer modelo de la firma que brilla en la oscuridad.
Seo Bo. Color y textura. Con la ayuda de su nieto, el diseñador Park Jifan, el pintor coreano adapta una obra de su serie más célebre, Écriture. Los artesanos de la casa plasman en el bolso la textura de los originales: líneas a lápiz, trazadas sobre lienzo cubierto de pintura. Para ellos, Seo Bo solo tiene palabras de admiración.
Peter Marino. Atrevido y monocromático. El arquitecto neoyorkino rescata la estética de un antiguo baúl con tachuelas y lo devuelve a la vida en forma de bolso. Su confección tiene truco: está compuesto por diferentes piezas de piel de becerro cortadas a mano
Kennedy Yanko. Punto de fusión. El metal fundido y las capas de pintura que resultan del secado de grandes cantidades de la misma son los principales materiales de la obra de la norteamericana. Sus esculturas surrealistas se trasladan al Arty capucines gracias a la tecnología 3D y a la pintura a mano más detallada que nadie pueda imaginar.
Hugo Rondinone. Una a una. Más de 15.000 cuentas diminutas recubren el bolso ideado por el artista suizo. Un minucioso homenaje a los motivos orgánicos y visuales de su obra, que se traduce en 100 horas de trabajo a mano cada pieza. El payaso y el arco iris muy presentes en su obra inspiran este modelo.
Daniel Buren. Siempre Colorista. Con asa de resina de acabado satinado, el Artycapucines del artista conceptual francés hace gala de las rayas blancas y negras que son sus señas de identidad. Disponible en cuatro colores, rinden homenaje a su exposición Observatory of Light, que vio la luz en 2016 en la Fundación Louis Vuitton.
Paula Peña. Mujerhoy, 22 de octubre de 2022.
No hay comentarios:
Publicar un comentario