En un retrato de personajes magnífico, Lemaitre nos muestra sus miserias y secretos, y lo hace con tal destreza y con tanto humor que nos arrastra página tras página (y son casi 600) por un enredo apasionante que no da un respiro. La trama nos atrapa de tal manera que cada vez que la realidad cotidiana nos obliga a cerrar el libro nos sentimos desolados: dejar a los Pelletier se hace muy cuesta arriba.
No sé si llamar novela histórica a esta magnífica obra, pese a su imponente y riguroso trabajo de documentación, pero es que el ritmo de la narración se acerca más al de un thriller con todos sus hermosos cadáveres. Una historia de pasiones y aventuras con una investigación criminal liderada por el ambicioso periodista de sucesos François que, cegado por el relumbrón de su firma en las noticias de primera página, no verá lo que está pasando en su propia familia.
La otra línea argumental, la de Saigón no es menos atractiva: aquí se destapa una estafa al Estado francés basada en el tráfico de piastras. Esta vez será Étienne el que averiguará las complejas implicaciones del fraude cuando viaje a la capital indochina siguiendo a su amor. Una historia romántica que no tendrá final feliz. De la superficial Hélène hay poco que contar, aparte de su mal gusto para elegir amistades masculinas y su rebeldía.
Serán François y Étienne los que nos hagan vibrar con sus almas valientes y sus corazones compasivos. Perfil de héroes. Pierre Lemaitre nos lleva de uno a otro, saltando de Saigón a París en un abrir y cerrar de ojos y nosotros seguimos su frenética prosa enganchados a una intriga que nos sorprende a cada paso...
Elena Méndez. La Voz de Galicia, viernes 10 de febrero de 2023.
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