Txai Suruí. (Foto: @mujeresbacanas)
La agenda de Suruí está repleta. Basta el ejemplo de los días de enero en los que El País Semanal le pidió cita. El ministro de Medio Ambiente francés la recibió en París, dio un discurso en la misma ciudad a los alumnos de la Universidad Sciences Po, regresó a Brasil para participar en un evento en Recife y voló a Estados Unidos, al festival de Sundance, a presentar The Territory, un documental que ha producido y que fue preseleccionado para los Oscar... No logró entrar en el Olimpo de los candidatos. La desilusión fue grande, cuenta Suruí al día siguiente sentada en un tronco bajo un árbol.
Estamos en Sao Paulo, rodeadas de una exuberante vegetación, en una aldea indígena incrustada en plena megalópolis que lidera su chico Thiago. Suruí se mueve con la misma soltura en las aldeas, en la selva y en las ciudades. Es tan inseparable de su cocar como de su móvil. Ese es su poder, su encanto.
Con el ministro francés habló de cambio climático, de dinero, de vacas y de supermercados. "Me dijo que ahora, con el Gobierno de Lula, van a restablecer el diálogo sobre medio ambiente porque con Bolsonaro era imposible. Y le hablé de un caso que llevamos a los tribunales, sobre 6.000 cabezas de ganado en una tierra indígena que se venden a JBS (gigante cárnico brasileño) que vende a su vez al grupo Casino (de supermercados franceses). Le dije que era una vergüenza que Francia hablara de contribuir a proteger el medio ambiente, los pueblos tradicionales, y siga comprando carne que viene de nuestro genocidio", explica. Para Suruí es además un asunto personal. "¡Esas vacas están en mi casa!".
Cuando se le pregunta cómo se sintió en aquellos dorados palaciegos, con su cocar frente al trajeado ministro, esboza una sonrisa. "Al entrar pensé, todo este oro es nuestro", confiesa entre risas, antes de arrepentirse un poco por el comentario.
Hija de dos veteranos en la lucha por los derechos de los indígenas, Suruí es la más conocida internacionalmente entre la nueva generación de activistas brasileños contra la emergencia climática. Dio el salto a ese grupo gracias a un discurso de dos minutos en inglés durante la cumbre climática de Glasgow en 2021..
Su experiencia personal, el activismo que mamó de cría y su conocimiento del entramado legal son los ingredientes con los que construye su discurso. Con amigos, llevó a Brasil a los tribunales por incumplir el Acuerdo de París. Cuando era adolescente, su familia necesitó escolta policial y todavía recibe amenazas de muerte...
Su gran activo es esa habilidad con la que transita entre universos dispares. Desde el extranjero se la puede ver como heredera del cacique Raoní, el primer indígena brasileño que llevó su causa al resto del mundo, al protagonizar en 1978 un documental titulado como él. El cantante Sting lo convirtió en celebridad planetaria al llevárselo de gira para llamar la atención sobre las amenazas que se cernían sobre la Amazonia. Este Año Nuevo, ya nonagenario, Raoní acompañó, junto a otros brasileños, al nuevo presidente Lula mientras subía la rampa del palacio presidencial en su toma de posesión...
La joven trabaja con 25 pueblos autóctonos en el Estado de Rondonia, participa en Engajamundo y es activa en Kanindé, una ONG socioambiental con tres décadas de trayectoria que fundó y dirige su madre. Y los sábados escribe una columna en Folha de S. Paulo, uno de los diarios más leídos...
Niara Calarraga Gortázar. El País Semanal, 12 de marzo de 2023.
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