Foto de moluscos. Crédito: Farid Saleh - UNIL
Situado en Montagne Noire, en el departamento francés de Hérault, este depósito de más de 400 fósiles se distingue por una fauna excepcionalmente bien conservada. Además de los componentes de la cáscara, contiene elementos blandos extremadamente raros, como el sistema digestivo y las cutículas, en un estado de conservación notable. Además, esta biota alguna vez estuvo ubicada muy cerca del Polo Sur, lo que revela la composición de los ecosistemas más meridionales del Ordovícico. Los resultados se publican en Nature Ecology&Evolution.
Los análisis revelan la presencia de artrópodos (grupo que incluye milpiés y camarones) y cnidarios (grupo que incluye medusas y corales) así como una gran cantidad de algas y esponjas. La elevada biodiversidad del lugar sugiere que esta zona sirvió de refugio a especies que habían escapado de las altas temperaturas que prevalecían más al norte en aquella época.
"En aquella época de intenso calentamiento global, los animales vivían en refugios en altas latitudes, escapando de las temperaturas ecuatoriales extremas", señala en un comunicado Farid Sleh, investigador de la Universidad de Lausana. "El pasado lejano nos permite vislumbrar nuestro posible futuro próximo", añade Jonathan Antcliffe, investigador de la Universidad de Lausana y coautor del estudio.
Por su parte, Eric Monceret y Sylvie Monceret-Goujon, los aficionados que descubrieron el lugar, no ocultan su entusiasmo. "Prospeccionamos y buscamos fósiles desde que teníamos veinte años", dice Eric Monceret.
Madrid/EUROPA PRESS. Domingo 11 de febrero de 2024.
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