Abadía de San Pedro de Maillezais |
A los pies de la abadía se encuentra uno de los embarcaderos que tienen las Marismas del Poitou. Por allí se puede dar un relajante paseo en barca de algo más de una hora de duración en el que se puede avistar castores, ranas y multitud de especies de aves e insectos. Los beneficios económicos de este embarcadero se destinan a apoyar a los ciudadanos del pueblo con actividades culturales. Además, los barqueros son, entre semana, jubilados, mientras que los fines de semana y periodos vacacionales, estudiantes. Aquí se puede asistir a la unión del fuego y el agua por la cantidad de metano que se acumula en el fondo debido a las cápsulas que forman las hojas y los animales. En total, entre todas las marismas (secas, mojadas y saladas) suman más de 3.800 kms de canales y unas 300 especies de aves.
Pero si hay un lugar que no hay que perderse de esta zona, es el Puy du fou, uno de los parques temáticos más visitados de Francia y que cuenta la historia del país en sus 200 hectáreas y a través de una veintena de espectáculos que unen acrobacias, efectos especiales y multitud de animales. Más de dos millones de visitantes acuden al año para contemplarlo.
Entre las ciudades más emblemáticas están Fontaine-le-Comte, la única que posee la denominación de Ciudad de Arte e Historia de La Vendée. Tiene 80 hectáreas de extensión y los símbolos de la ciudad son La fontaine des Quatre Tías, de 1542, y los unicornios (se decía que tenían el poder de purificar el agua), que aparecen en todos los papeles administrativos.
En esta ciudad se pueden comprar y degustar algunas de las especialidades gastronómicas de la región, como el Prefou, una baguette partida a lo largo que se hornea 30 minutos y que está rellena de ajo, perejil y mantequilla; el gâteau minute, una especie de bollo que se prepara en nada de tiempo; la mogette de la Vendée, una suculenta legumbre; el brioche de la Vendée, que destaca por su esponjosidad , así como las sardinas y carne vacuna, platos para degustar si se visita esta zona.
por último, para acompañar algunos de estos manjares qué mejor que un buen vino. Por eso, justo en el punto más alto del sur de la Vendée está ubicado Viñedos Mercier, que se extienden a lo largo y ancho de 70 hectáreas de viñedos y donde se podrá probar y comprar vinos blancos, tintos, rosados y espumosos, de gran calidad que adentran al visitante mediante el paladar en la historia de la región.
Álvaro González López-Serrano. El País. Viajes 29 de febrero de 2024.
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