Pero su nombre quedará escrito junto a otros 22 miembros de un grupo de la Resistencia contra la ocupación alemana de Francia, a la entrada de la cripta donde el líder del grupo, el armenio Missak Manouchian, y su mujer, Mélinée, reposarán eternamente en el mismo lugar que Voltaire, Rousseau o Victor Hugo.
Francia, por iniciativa del presidente Emmanuel Macron saldará así una deuda con los extranjeros que dieron su sangre por un país que no siempre los trató como debía. Manouchian, Alfonso y otros camaradas -apátridas, judíos, armenios, polacos, húngaros. italianos, rumanos...- protagonizaron uno de los momentos trágicos y heroicos de la II Guerra Mundial.
"La ultima carta de Celestino... cada chaval en Francia tendría que leerla un día. Hay mucho que aprender", dice el hispanista francés Jean-Claude Rabaté. "A través de Celestino, todos los republicanos y resistentes van a entrar en el Panteón."
En noviembre de 1943, la policía francesa, cómplice de los alemanes, desarticuló la red Manouchian. El 21 de febrero de 1944 sus miembros fueron ejecutados en la fortificación de Mont Valérien, hoy memorial de la Resistencia. Los nazis publicaron un pasquín con un fondo rojo y fotos de atentados en los que se leía: "¿Liberadores? ¡Liberación por medio del ejército del crimen!" Así pasaron a ser conocidos como L'affiche rouge, o el afiche rojo.
En el cartel, distribuido unos días antes de la ejecución, se veían los rostros de los 10 de los detenidos, y una pequeña explicación. Uno de ellos decía: "Alfonso. Español. Rojo. Siete atentados."
La información sobre Celestino Alfonso fue escasa durante tiempo, más allá del círculo familiar y menciones dispersas en libros sobre Manouchian y el Afiche rojo. Se sabía que había nacido en 1916 en Ituero de Ibaza, cerca de Ciudad Rodrigo, en la provincia de Salamanca. Que su familia, con él, emigró a Francia unos años después y que creció en el extrarradio de París. Que era carpintero de oficio y en los años treinta ingresó en las juventudes comunistas.
Se sabía también, que en 1936 volvió a España para luchar contra los sublevados. Que regresó a Francia al final de la Guerra Civil e ingresó en las FTPF-MOI (Francotiradores y partisanos-Mano de obra inmigrada). Que participó en el atentado contra un capitoste de la Alemania nazi en París, Julius Ritter. Que, tras ser detenido, un tribual militar le juzgó.
Celestino Alfonso tenía 27 años al ser fusilado. En una carta redactada en francés unas horas antes de ser asesinado, y dirigida a su familia escribió: "Hoy a las tres seré fusilado. No soy más que un soldado que muere por Francia". "Sé por qué muero y estoy orgulloso", continúa. "Mi vida ha sido un poco corta y espero que la vuestra sea más larga"...
Marc Bassets. París. El País, domingo 18 de febrero de 2024.
No hay comentarios:
Publicar un comentario